La población del viejo Sambú, en el distrito de Chepigana, está atemorizada ante la acción continua del río homónimo, el cual encuentra a su paso al río Sábalo.
Los estragos del afluente son más violentos con las copiosas lluvias que caen, lo que ha ido socavando las orillas en que está asentada la comunidad, al grado de que ha arrastrado 14 viviendas de material permanente.
Marta Quintana, exalcal- desa de Chepigana, informó que desde hace mucho se le advirtió a los moradores que estaban en riesgo, y que por ello debían reubicarse para evitar una tragedia. Sin embargo, indicó que nadie quiere demoler su casa y mudarse, aparte de que el tema no figura en la agenda de las autoridades nacionales.
Francisco Martínez, exrepresentante de Sambú, señaló que el río se ha llevado una hilera de viviendas, sobre todo las que se ubican en el barranco, donde se observan los estragos que hacen los ríos Sambú y Sábalo.
Aquí viven casi mil personas, que aducen no tener dónde irse, porque al delimitar la comarca Emberá Wounnan, en 1983, lo hicieron sin la debida consulta y el viejo Sambú quedó sin terrenos para su expansión.
Al respecto, el gobernador de Darién, Humberto Ramos, admitió la seriedad del problema, y señaló que el Sistema Nacional de Protección Civil evaluará la situación y rendirá un informe.
En base a ello, lo llevará ante la Junta Técnica Provincial, la cual dará instrucciones al Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial para diseñar las acciones a seguir.
En tanto, fuentes del Sistema Nacional de Protección Civil recomendaron a la población utilizar una pequeña rampa para abordar piraguas y lanchas, lo que evita poner en riesgo a los pasajeros que ahora bajan por una improvisada y peligrosa escalera que pone en riesgo sus vidas.
