Cuarenta y dos años cumplió el pueblo de Antón de estar celebrando su ya famoso y reconocido Festival Nacional del Toro Guapo, la alegría y espontaneidad de la gente, el apego a sus tradiciones y el amor por el folclore han hecho grande la festividad, que este año celebra sus bodas de nácar.
El Festival Nacional Folclórico del Toro Guapo es una celebración que, aunque como actividad lleva cuatro décadas, tiene sus antecedentes en distintas festividades que desde sus inicios se celebraban en el pueblo de Antón.
Cariñosamente llamado el Torito Guapo, es una remembranza de las fiestas taurinas, tradición española traída con la colonización, y se dice que debido a que en estas épocas era mal visto que las mujeres participaran en las corridas de toros, ellas se inventaron una celebración en la que pudieran sacarle el lance al toro y con cantos y polleras salían a la calle en una singular danza.
También se dice que la celebración procede de la tradición de Antón como pueblo ganadero. Se sacaba un toro guapo o valiente en las tunas del Carnaval o para las fiestas de la virgen de la Candelaria, lo que también aporta a esta celebración su arraigo religioso, ya que los toros son bendecidos por un sacerdote antes de las lidias.
Pero en Antón no hay danza de toros si no viene acompañada de una alegre tuna o un tambor. Son famosas las tonadas Corre Julián, Que viva don Juancho Díaz, Tengo sueño y dormir quiero, entre otras, que hacen del tambor antonero único en la región.
Dentro de las particularidades del tambor antonero es común agregar a los tres tambores y a la caja, una pequeña campana en forma de mortero, el almirez, que, al tocarse por dentro con el majador, produce acordes sencillos y armoniosos.
