Uno de esos investigadores, el mexicano Gutierre Tibón, escribió un diccionario primero de los orígenes de los nombres y después de los apellidos (para este último demoró 30 años).
Tibón comenzó estudiando 180 apellidos y pocos años después a la mitad de ellos los tuvo que corregir.
Ahora hay un índice de 8 mil apellidos más para los cuales se espera que muchos datos de ellos se tendrán también que corregir.
Si lo anterior es difícil, más complicado aún es hallar la genealogía y la heráldica por lo que tienen de ficción. Todos los apellidos tienen escudos, flores, ramos, lanzas, castillos.
Si usted manda su apellido a ciertas empresas especializadas que existen, por ejemplo, en España, le cobran y le regresan datos dignos del Cid Campeador.
Por eso hoy tampoco nos meteremos a analizar los apellidos de las bellas, honestas y respetadas damas que les traemos hasta aquí.
Lo único que nos duele es no poseer más fotografías de ese aspecto de nuestro interior.
Casualmente, para llenar esa falta, hace unos cuantos meses y autorizado por el director de este periódico, les solicitamos a algunos de sus corresponsales que trataran de conseguirnos fotos históricas de las diferentes provincias y no nos llegó ninguna. La solicitud sigue en pie.
Eso sí, que sean fotos de hechos o personajes de verdadero interés.
Pero sigamos con lo complicado que resulta averiguar de dónde realmente proceden los apellidos aquí presentes. Para enredar más el asunto, tenemos que los que son originarios de España lo pueden ser del catalán, del gallego, del vasco o del castellano, lo cual no sucede en otros países en donde casi una sola lengua es la que suele predominar.
Menos nos vamos a meter con los espesos, frondosos y enormes árboles genealógicos, en donde el asunto se complica aún más.
La solución la pudimos encontrar.
Allá van las damas con sus nombres y apellidos, y ustedes verán qué gusto a cada una de ellos le van a poder sacar.
La historia de estas fotografías es muy fácil de relatar.
Revisando un día libros, revistas, periódicos en una biblioteca, no de Panamá, sino del exterior, encontramos fotografías de señoras y niños de la capital de la República y del interior. Por cierto que las leyendas, cosa rara, estaban en inglés. Hoy hasta los anuncios publicitarios se leen en ese mismo idioma, el inglés.
Sacamos una copia para la colección de "Raíces" y aquí la tienen hoy.
Sabemos que los apellidos Selles, Villalaz y Anguizola son característicos de ciertas provincias (Chiriquí y Los Santos); el resto, tales como Vásquez, González, Gutiérrez, Arias, Vergara, Castillo, Ayala, Santiago, no son propios de ninguna región en especial.
Ustedes comprenderán que sería una investigación interminable el tratar de seguirle las pistas a los descendientes de quienes aparecen hoy aquí. Por eso no lo vamos ni a intentar.
