El aborto y anticoncepción conllevan un análisis serio y de altura, que va más allá de escribir ciertos calificativos que sólo demuestran la falta de argumentos de quien los predica. Sin embargo, es triste que un tema de sumo interés sea blanco de una absurda batalla campal, de forma tal que nos desviamos del objetivo principal: confrontar ideas, no personas o un grupo de personas. Se habla mucho de la doble moral de la Iglesia y de los que defendemos la vida y la integridad de la familia, sin embargo analicemos lo siguiente: El 22 de enero de 1973 el Tribunal Supremos de Estados Unidos reconoció el derecho al aborto de Jane Roe, nombre ficticio para proteger a Norma McCorvey, una veinteañera de Dallas, soltera, pobre, maltratada y con adicción a las drogas.
La sentencia llegó tarde para que la joven interrumpiera su embarazo, pero su caso extendió el derecho al aborto en Estados Unidos. Por supuesto que McCorvey se convirtió en una heroína para los grupos pro–aborto, trabajó en clínicas abortivas siendo activista de esta causa. A pesar de ello, según cuenta ella misma, intentó varias veces el suicidio y se dio a las drogas por el cargo de conciencia de haber sido la causa de la "pérdida de tantas vidas".
En 1995, McCorvey dio un giro radical en su vida y sorprendió al mundo entero cuando se unió a un grupo ultracristiano antiaborto llamado Operación Rescate. Como justificación de sus años de activismo pro- aborto, asegura que fue manipulada por "abogadas ambiciosas" que utilizaron a una chica desesperada para hacerse famosas y conseguir sus propósitos, y que después la abandonaron. Y así nació el famoso fallo Roe- vs- Wade: un fallo rodeado de mentiras e historias conmovedoras, ya que alegó que la habían violado, con la intención de agilizar la justicia en su caso. Años después, confesó que no era cierto: su embarazo fue fruto de una "simple aventura", según declaró en una entrevista a los 25 años de aniversario de la sentencia. ¿Acaso no existe la doble moral para defender y justificar el aborto?
Sobre la anticoncepción o métodos para la planificación familiar, las mujeres tienen dos opciones: una planificación familiar natural, sin costo alguno, sin efectos secundarios, que es útil tanto para planificar un embarazo, así como espaciarlo; o los métodos artificiales de anticoncepción que producen en la mujer la incapacidad para procrear por un tiempo definido.
Sobre el método natural hay mucho de qué hablar y profundizar, el mismo va más allá del simple ritmo y tiene muy buena acogida por las parejas que lo utilizan, ya que conlleva la participación tanto del hombre como la de la mujer, cuando por lo general esta responsabilidad sólo recae en la mujer. Sin embargo, dar a conocer a la sociedad, a las familias (no sólo a la mujer), que existen opciones para su planificación familiar que no sean necesariamente métodos artificiales, ¿es acaso un crimen o un retroceso?
Para los jóvenes se propone la píldora del día después. Quisiera saber si el audaz plan de la presidenta de Chile, que tiene como política sexual darle píldoras del día después a las adolescentes inclusive sin el permiso de sus padres, no es una forma de despojar a los padres de ejercer su derecho a la patria potestad sobre sus hijos. Quisiera saber cuántos padres de familia quisieran que sus hijas vayan a hurtadillas a los centros de salud sin el consentimiento de éstos a tomar píldoras después de un día de actividad sexual.
El estupro es un delito hasta ahora contemplado en nuestra ley penal, pero a la vez, ¿debe ser política de salud sexual apadrinar sin el consentimiento de los padres, la actividad sexual de nuestros jóvenes? ¿No sería esto una doble moral? Quisiera saber si los garantes de salud de nuestro país van a garantizar que esas jóvenes no recurran repetidas veces al mes a tomar las famosas píldoras que tan sólo una de ellas representa la dosis de treinta pastillas anticonceptivas a la vez. ¿Se responsabilizarán estos garantes de la salud de nuestras adolescentes por tomar elevadas dosis de hormonas? ¿Cómo van a controlar que estas jóvenes sólo se descuiden en sus relaciones sexuales una sola vez al mes y no varias?
La organización Planned Parenthood o simplemente Paternidad Planificada (IPPF), la federación de control de la natalidad más grande del mundo fue fundada por Margaret Sanger, amada por unos, odiada por otros. Lo cierto de esta mujer es que fue una activista del feminismo extremista, creía que todo ello constituía la "verdadera libertad de las mujeres y del derecho sobre su propio cuerpo". Por supuesto que esto la llevó a tener un desinterés en quedarse en casa para atender a su esposo e hijos, ya que sólo hablaba de "liberarse" de la "tiranía" del matrimonio. Hoy día, esta organización de gran fama en Estados Unidos afirma que ni las convicciones religiosas ni los principios morales deben desviar de la meta principal del auto-conocimiento, del placer exclusivo o de la reafirmación personal. Paternidad Planificada ha declarado que para la "educación sexual" los padres deben respetar la privacidad de sus hijos.
¿Queremos una sociedad en donde los jóvenes y mujeres se conviertan en objetos sexuales? ¿Acaso en todo este juego de derechos el hombre no pierde también su integridad y dignidad convirtiéndose en un criatura a quien sólo le interesa satisfacer un creciente apetito sexual?