Y morimos jóvenes/más rápido corremos: a luz de la reciente muerte de Layne Staley, estas palabras de la canción We die young, escritas por el atribulado vocalista de Alice in Chains para el primer EP (contiene más piezas que un single, pero tiene menos temas que un disco) de la banda resultan alarmantemente proféticas.
Y es que el deceso de Staley la semana pasado no pudo haber sido más representativo de su turbulento estilo de vida. El vocalista de 34 años, quien junto al desaparecido Kurt Cobain, de Nirvana, y a Eddie Vedder, de Pearl Jam, fue uno de los íconos del movimiento grunge a principios de los noventa, fue encontrado muerto en su residencia en Seattle, Washington, el pasado 19 de abril. Llevaba días de haber fallecido, como lo indicó el estado de descomposición del cadáver.
Aunque a 13 días de su muerte todavía no se conoce el informe oficial del forense, todo parece indicar que su trágico desenlace estuvo vinculado a su inexorable dependencia toxicómona, con la cual batalló durante la mayor parte de su vida.