Karla Jiménez Comrie kjimenez@prensa.com
Aerosmith es una de esas bandas que maduran con el pasar del tiempo. Tras 32 años de haberse unido, el quinteto estadounidense compuesto por Steven Tyler (vocales), Joe Perry (guitarra), Tom Hamilton (bajo), Brad Whitford (guitarra) y Joey Kramer (percusión) se perfeccionan en el arte de la musicalización, y por ello se han colocado como una banda indeleble en la historia del rock and roll.
Luego de vivir al pie de la letra la famosa consigna sex, drugs and rock& roll, el grupo oriundo de Boston celebra el éxito adquirido a lo largo de tres generaciones lanzando al mercado el compacto Young Lust: the Aerosmith Anthology.
Esta es una colección doble, de 34 canciones, que recorre la vida artística de la popular banda, presentando una compilación balanceada de temas para el gusto de la vieja fanaticada y de los escuchas neófitos.
Desde su primera aparición pública en una escuela secundaria en el estado de Massachusetts en 1970, Aerosmith estuvo consciente de que la mejor forma para comercializar su música, era ofreciéndole al público un espectáculo del que nunca se olvidarían. Así fue como la personalidad estrafalaria de Tyler se convirtió en su emblema oficial. Sin embargo, su verdadero éxito quizás provenga de influencias más profundas, cuya manifestación ha sido bastante sutil desde sus primeras incursiones.
En un especial televisivo difundido por la cadena musical MTV, Steven Tyler aseguró haber crecido escuchando a su padre interpretar las composiciones y sonatas de Brahms al piano. Las razones, aunque cómicas a Tyler no lo dejaban salir a jugar durante su infancia y no tuvo otro remedio que consolarse escuchando a su padre tocar sentaron precedente en muchas de las armonías de Aerosmith.
En ese sentido, Young Lust: the Aerosmith Anthology ingeniosamente presenta cortes cuyos equilibrios se entremezclan de forma perspicaz con los sonidos altos y desgarrados de la época (véase Dream On, Janie's Got A Gun, Angel, What It Takes, Livin' On the Edge, Hole In My Soul y Deuces Are Wild).
Tyler, aunque excéntrico y relajado, utiliza muy inteligentemente ciertos acordes in crescendo durante la composición de las canciones. Es muy habitual encontrar en los temas de Aerosmith tonalidades elevadas que contrastan de forma atractiva con la voz aguda de su vocalista. No por menos el bajista Tom Hamilton afirmó en una ocasión a los medios televisivos que Tyler mantiene una metodología de trabajo bastante rigurosa, que marca con exactitud el tiempo y la calidad musical de cada melodía.
