Son tres grandes, tres pintores reconocidos. Son Sergio Camporeale, Delia Cugat y Hugo Sbernini. Y las obras de los tres estarán en una exposición, durante este mes en la Galería Habitante.
Camporeale nació en Buenos Aires, en el mismo barrio donde se originó el tango a principios del siglo.
De sus obras, Carlos Gorostiza dice, en el catálogo, que él quiere pintar caras y cuerpos conocidos, pero comprueba con dolor que todo lo conocido se enmascara.
Como la música y la danza que han inspirado tantas de sus obras, fue en París -donde reside- donde Camporeale obtuvo reconocimiento como pintor de la figura humana. Inició su carrera en la publicidad, fue miembro de un grupo de artistas que promovieron las artes gráficas y gracias a su talento como pintor, fue invitado a estudiar en Italia.
Camporeale ha expuesto ampliamente en Europa y América Latina, ganando premios en los festivales de arte más importantes.
Mientras, la pintura de Hugo Sbernini -nacido en 1941- le habla al oído del contemplador. Según Omar Borré, en el catálogo, podríamos resumir nuestro acercamiento a la obra de Sbernini diciendo que es la resultante de dos aspectos que aparecen entre la línea rítmica que halaga a los ojos y las visiones paralelas que, como obstáculo, se resisten a ser el simple espectáculo.
Por su lado, Delia Cugat, nacida en 1930 y con fuertes influencias europeas en su pintura, se destacó por sus grabados.
De la obra de Cugat Damián Bayón dice que en su obra hay una magia que se propaga a todo: playas ventosas, puerto de mar encrespado, bambalinas teatrales, interiores decadentes. Y en ellos, una humanidad que nos intriga: son mujeres y hombres jóvenes, ocupados en una gestión apasionada...
La inauguración de la muestra de estos tres argentinos es el 3 de diciembre en la galería antes mencionada.







