Tras varios meses de pujas y repujas, la junta directiva de la Caja de Seguro Social autorizó la compra de 30 riñones artificiales que serán distribuidos en las cuatro unidades de hemodiálisis que mantiene la institución
La información fue facilitada por Pedro Vargas, presidente de la Asociación Nacional de Pacientes de Insuficiencia Renal Crónica y Familiares, quien añadió que también se autorizó la compra de dos unidades de ósmosis (un sistema para purificar el agua requerida en el tratamiento de hemodiálisis), una de las cuales será enviada al Hospital Regional en Aguadulce.
Las unidades de hemodiálisis de la Caja están ubicadas en el Complejo Metropolitano Arnulfo Arias Madrid; el Hospital Rafael Hernández, en el distrito de David, provincia de Chiriquí y el recién adquirido Hospital San Judas Tadeo, situado en la Urbanización Villa Lucre, en San Miguelito.
Vargas, quien observó con beneplácito la decisión de la junta directiva de la Caja, expresó asimismo su preocupación por el exceso de burocracia en estos trámites que, a su juicio, atrasa todo el proceso. No es un problema de decisión, dijo, el gran problema es el trámite que todo lo complica.
Ya a inicios del año, Juan Jované, director general de la Caja, ordenó la compra directa de 6 riñones artificiales que permitirían enfrentar la demanda de pacientes que sufren de insuficiencia renal y que acuden a la Caja en búsqueda de atención.
Un aproximado de 420 pacientes se someten a hemodiálisis, cuyo tratamiento se da tres veces a la semana y cada sesión dura cuatro horas. Alrededor de 200 personas han recibido implantes de riñón, aunque hay una cifra importante en espera de esa oportunidad.
En fecha reciente, autoridades del Complejo Metropolitano de la Caja de Seguro Social resolvieron devolver a la empresa proveedora un lote de solución dialítica aplicada en el tratamiento a pacientes con insuficiencia renal crónica, luego de que un análisis determinara que las concentraciones químicas estaban alteradas.
El lote de solución dialítica fue retirado después de que las máquinas registraran problemas al aplicar la hemodiálisis .
Tras la detección de problemas en las máquinas, muestras de la solución fueron enviadas al Instituto Especializado de Análisis de la Universidad de Panamá para que determinara si estaba alterada.
Fue la Asociación Nacional de Pacientes de Insuficiencia Renal Crónica y Familiares la que divulgó el problema y cuestionó la lentitud con que se manejó el caso.