Desde hace muchísimo tiempo, por una sentida necesidad histórica en Colón se ha formulado un proyecto de museo que recoja las realizaciones de los hombres y mujeres de este lugar del país, para mantener vivos sus acontecimientos, recuerdos, costumbres, ansiedades y materializaciones. Los esfuerzos en esa dirección llevan más de tres décadas.
El intento más serio lo hizo en la década de 1980, Juan Fidel Macías, alcalde del distrito de Colón, al ubicar en la planta baja de uno de los edificios, conocidos como “Cuatro Potencias”, una especie de archivo regional, con el apoyo de Giovanna Benedetti, en su momento directora de los Archivos Nacionales, y del poeta Winston Churchil James. La crisis política que vivió el país detuvo el proyecto que tenía un local y mobiliario donado por el director del Centro Regional Universitario, Pedro Anderson (q.e.p.d.).
Las siguientes administraciones municipales, tímidamente y con poca motivación por el resguardo y conservación de la historia, hicieron esfuerzos que no fueron más allá de decisiones maquilladas. En la gestión de Alcibiades González, en la década de 1990 y en virtud de una propuesta nuestra, se crea la Comisión de Cultura y se le da el nombre de Pedro Prestán al salón de actos del municipio. Una de las aspiraciones era promover el museo a través de esa comisión. Con Antonio Latiff, el municipio experimentó su mayor atraso cultural. Jamás se prestó atención al proyecto del museo, prefiriendo la estridencia, la simulación del talento y las monsergas insustanciales. En la gestión de Matilde Rosales de Ardines se retoma el decidido empeño impulsado por al alcalde Macías.
En un esfuerzo dirigido por este servidor y César Quijano, se logró la adjudicación de un espacio en el edificio que albergaba un centro infantil llamado “Felicia Santizo” en honor a esa mujer que se desvivió por el folclor local. En la inauguración de ese museo, propuse que se le pusiera el nombre de Martín Herrera, hecho que pasó inadvertido, sin el reconocimiento a quien de manera silenciosa planteó la creación de esa estructura. Fue de vida efímera. En el espacio que ocupó se albergó a Ingeniería Municipal, y lo poco que se pudo recolectar y que se exhibía fue arrinconado.
Para ese museo, el Dr. Guillermo Rolla Pimentel donó la bandera que portaron los patriotas colonenses, el 9 de enero de 1964. Era el más significativo bien con que contaba el Museo de Colón. Transcurrido el tiempo y fenecido el proyecto del museo, nada se sabe de las pocas posesiones que allí había. Frente a esto, el Dr. Rolla Pimentel nos escribió lo siguiente: “Hace años entregué la bandera que se llevó el 9 de enero de 1964 al Municipio de Colón. Espero que esté bien conservada. Quisiera tener información”.
La actual administración de Dámaso García, con algún interés mostrado por el Museo de Colón, bien puede y debe informar sobre el paradero de ese emblema patrio. Queda, igualmente, la tarea a la comisión nacional que lucha por la identidad nacional rescatar ese bien.
