El estudio más amplio y prolongado que compara niños concebidos de manera natural con otros a través de fertilización in vitro (FIV) e inyección intracitoplásmica de esperma (ICSI, por sus siglas en inglés) no revelaron diferencias en inteligencia, lenguaje y conducta a la edad de cinco años.
Sin embargo, los niños nacidos mediante la ICSI, en la que se inyecta un solo espermatozoide en un óvulo, tuvieron un índice mayor de anormalidades urológicas y renales.
"Vimos un incremento en la tasa de malformaciones" nefrourinarias, informó en la conferencia sobre fertilidad, Christina Bergh, del Hospital Universitario Sahlgrenska, de Suecia.
Asimismo, la científica agregó que se requieren investigaciones más profundas para explicar por qué el índice era de 6.2 % en los niños de ICSI, del 4.1% en bebés de FIV y del 2.4% en los otros niños.
"En general, los resultados son alentadores y ayudan a disipar los temores que se habían expresado sobre la salud y el bienestar de los niños concebidos a través de la FIV y la ICSI", comentó.
El estudio, que comparó un grupo de 541 niños de ICSI y 440 de FIV con otro grupo de 542 niños concebidos de manera natural, no reveló diferencia alguna en el peso y la estatura a los cinco años.
Tanto el desarrollo verbal como el motor, así como las calificaciones del coeficiente intelectual, o "IQ", fueron similares entre los dos grupos, aunque las niñas en todos los grupos lograron calificaciones superiores. Tampoco hubo diferencias en problemas de conducta.
En un informe presentado aparte en la reunión de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE, por sus siglas en inglés), los investigadores dijeron que el 60% de los tratamientos de fertilidad, tanto ICSI como FIV, se había realizado en Europa.
Dinamarca, Finlandia y Eslovenia realizaron la mayor cantidad de tratamientos por millones de personas, en tanto que Suiza y Gran Bretaña están al final de la lista, según la investigación realizada con información procedente de 21 países.
