El populismo es un estilo de gobernar más que una ideología política. Por esta razón, es difícil identificar un vínculo entre una posición política en particular y el populismo. Sin embargo, es posible establecer una serie de factores que caracterizan la mayoría de gobiernos populistas.
Por lo general, el populismo nace de un líder carismático que es percibido como parte del pueblo, y que como parte de este, entiende sus problemas y dificultades. Los líderes populistas explotan el sentimiento de opresión de las masas y las injusticias sociales para movilizar tanta gente como puedan hacerlo, muchas veces en contra de los intereses de las elites sociales o políticas, estos se mantienen en el poder precisamente por medio de su popularidad, y por esto, es necesario para ellos implementar políticas que favorezcan al pueblo, lo cual muchas veces significa poner a un lado las leyes y normas de la Constitución.
El uso de “medidas de gobierno populares”, destinadas a ganar la simpatía de la población, aún a costa de tomar medidas contrarias al Estado democrático, y la constante apelación al “pueblo” como fuente del poder, puede bien identificarse, como conductas populistas, al punto que “populismo” y “democracia” han llegado casi a identificarse.
A pesar de las características que pueda tener una conducta populista, su objetivo primordial no es transformar las estructuras y relaciones sociales, económicas y políticas sino el preservar el poder y la hegemonía política a través de la popularidad entre las masas. Del discurso político de campaña hemos pasado a las medidas que tienen como fin último la aceptación de los votantes, por eso las encuestas de opinión son importantes aun cuando no estemos en campaña electoral.
El neopopulismo panameño esta dando, a amplias capas de la población, beneficios limitados o soluciones a corto plazo que no ponen en peligro el orden social vigente ni le otorgan a los ciudadanos capacidades reales de autodeterminación, pero que sirven para que eleven o mantengan la popularidad de los caudillos o del régimen reforzando su poder.
Estas conductas se diferencian de la demagogia que nos viene desde el nacimiento de la República, porque se refiere, no sólo a discursos, sino también a acciones. Así, se la puede entender como una táctica de uso limitado, o bien como una forma permanente de hacer política y permanecer en el poder.
El populismo define un sistema en el que el poder recae de manera absoluta en el pueblo, no en que los políticos profesionales gobiernen para la mayor comodidad de este último. Son dos cosas distintas, no es lo mismo que los ciudadanos puedan tener más poder y menos las élites, de tal manera que puedan darse cosas a sí mismos, a que sea el gobierno el que tenga el poder y ese gobierno favorezca medidas que les puedan venir bien a los ciudadanos, quienes luego recompensen con el voto.
Y como han estado las cosas en los últimos años en nuestro país, donde queremos que nos den todo sin esfuerzo, los políticos han sabido bien cómo comportarse frente a este pueblo, porque bien sabe el asno en que casa rebuzna…
