NUEVA YORK, EU. -La noticia sobre la muerte de Bob Hope fue calificada por The Washington Post ya hace unos años como "bastante exagerada". Una ironía al gusto del humorista, que cumple el próximo 29 de mayo un siglo de vida sin haber perdido el buen humor.
Hope estaba desayunando, cuando lo llamó un legislador para alarmarlo sobre su supuesta muerte. El actor, que entonces recién había cumplido 95 años, contestó que la noticia no le resultaba del todo creíble. El origen de la versión había sido un obituario emitido erróneamente por una agencia noticiosa.
Ahora que llega a los cien años, también hay una humorada disponible en el archivo de ocurrencias de Hope: "La edad es solo una cifra, aunque en mi caso es condenadamente elevada".
Sin embargo ya no se deja en ver en público. En 1996 grabó su último programa especial para la NBC, Bob Hope Laughing with the Presidents , un año después fue distinguido como Veterano Honorario por el Congreso estadounidense y en 1998 fue consagrado caballero por la reina Isabel II de Inglaterra.
"A mi padre le va bien, teniendo en cuenta su edad", dice su hija Linda, de 63 años. "Probablemente pase su centésimo cumpleaños tranquilamente en su casa con la familia y algunos amigos." Junto a su padre acaba de editar un libro Bob Hope: My Life in Jokes, que recopila sus chistes. Tanta historia, tantos chistes! , resume Linda.
Hope puede ser considerado el más estadounidense de los humoristas, pero seguramente conservó algo del humor británico cuando cruzó el Atlántico a los cuatro años. "Inglaterra", dijo alguna vez, "fue el escenario de mi presentación más grandiosa: allí nací". Hope se definía como hijo de padres ingleses, "demasiado pobres para ser británicos". El traslado al Nuevo Mundo habría sido decidido por sus progenitores cuando descubrieron que su hijo "no llegaría a ser rey".
Lustrabotas, vendedor de diarios, boxeador, esos fueron los primeros oficios con los que Bob se tuvo que ganar el dinero para solventar sus estudios en Cleveland (Estado de Ohio). Ejerciéndolos descubrió la felicidad de alegrar a la gente ya con su rostro cómico, en el que sobresale la barbilla, y la nariz que se asemeja a una pista de esquí.
En 1932 ya era conocido como estrella de la opereta en Nueva York, tres años más tarde tenía su propio programa de radio. Hollywood abrió sus brazos para recibir al cómico en ascenso y en 1940 conquistó celebridad mundial con Road to Singapore , la primera de toda una serie de road-movies , coprotagonizadas en su mayoría con Bing Crosby. Hope filmó un total de 70 largometrajes.
La base de su éxito estaba en su duro trabajo para hacer reír a los demás. Miles de páginas con chistes escritos por el actor llenan los cajones de dos grandes armarios cuidados como santuarios en su mansión de Toluca Lake, en California, donde vive desde 1940 con Dolores, de 93 años, con quien está casado desde 1934.
Hope siempre trabajó sistemática e intensamente sobre todas las ideas propias y ajenas para armar un gag , revisando una y otra vez su efectividad humorística y descartando todo lo que no pudiera poner en escena sin dificultades de comprensión para el público.
