Cuando Gloria Chu y Lino Young, los socios de Fabien Migny en Eurasia, me recomiendan un restaurante, yo escucho. Así que cuando me recomendaron el desayuno dominical del Palacio Dorado, me fui cual raudo micho a ver si tenían razón o no.
Si entre semana el desayuno es bueno, en domingo parece que la comunidad china entera está en el local. Se echan a un lado los muebles de palo de rosa y se abren las compuertas del inmenso salón de banquetes; salen los muebles que se usan para los eventos, y a los carritos llenos de delicias hervidas se suma una estación de acero inoxidable donde se prepara enfrente de ti todo tipo de platillos.
Si bien no es aparente, sí que existe un orden, una especie de protocolo, al comer un desayuno chino de dim sam. Primero se prueban las ofertas de los carritos, comenzando con los platillos hervidos: además de los siu mai, las tamuguitas de camarones, puerco y hongos shiitake, que en mi opinión son los mejores de la ciudad, recomiendo el hyong-sai-kao , un tricornio de puerco con perejil chino, en masa blanca de arroz. Imposible, por supuesto, prescindir de los hakkao , con su exquisita forma de conchita y su relleno de camarón, muy delicado. Hay una versión china del sushi japonés, en que hacen al vapor rollos de alga china, arroz, cangrejo y bambú, en una salsa de huevo con maicena. Novedoso y agradable. Unos rollitos que a primera vista parecen de pellejo de gallina resultan ser de piel de tofu frita, rellena de pollo y otras exquisiteses, y no decepcionan. Esta vez evité las costillitas con frijolito negro y demás ofertas del carrito, y también obvié (como siempre) las patas de gallina y mondongos.
El chit-cha-fan-ko, que se distingue por estar relleno de maní, estuvo bueno, aunque no es uno de mis favoritos. El hampao, un domplín de pan relleno de pollo o puerco, cocinado al vapor, no me acaba de matar en este sitio, y para rematar esta vez el que me dieron estaba mojado. El yi-chi-kao , de harina de trigo (se hace con las hojas de wanton ), se distingue por su color amarillo y las ruchitas plisadas; viene relleno de camarones y vegetales con jengibre.
Hay otros tipos de carritos: el del postre, el del chok o guacho chino, que es un potaje de arroz al que se le añade huevo, carnes, cebollinas, etc., y que no probé y el del chi-cha-fan (¿ chi-chu-fan ?) que puedo describir como unos raviolis delicaditos bañados en una salsa de soja y azúcar y que ofrecen de pollo, carne, camarones o puerco asado; a mí me gustan estos dos últimos.
Ya era hora de visitar la estación de frituras. Cuando no está muy lleno, te paras, ordenas y te llevan tu plato a la mesa. En pleno apogeo, te sugiero que veles por tu orden al pie de la estufa. Ofrecen desde hojas de mostaza salteadas hasta patas de gallina (me persiguen); también tienen unos baby wanton de camarones, muy sabrositos, pero la pièce de resistance son las torrejitas chinas: de carne, de pescado y de hierbas; o de maíz con puerco, parecen unos pastelitos redondos envueltos en masa de wanton , que reciben un baño de huevo y van a la sartén con aceite. También hay wo-tip , unos gyoza enormes rellenos de vegetales, que son de mis favoritos.
Aunque tienen bar completo, nada mejor que té para acompañarlo. Si tu cafecito mañanero es indispensable, adelante. Pero sugiero que obvies los jugos que son tan desnaturales como la fisionomía de Michael Jackson. Los días libres, como el pasado primero de mayo, también sacan toda la parafernalia, y el servicio dura desde tempranito en la mañana hasta el mediodía.
Como se trata de algo eventual y no de la apreciación completa del restaurante, no doy estrellas, pero es en mi opinión es el mejor desayuno chino de la ciudad. Dixit.
Dirección: Vía Ricardo J. Alfaro Horario: Todos los días de 7:00 a.m. a 11:00 p.m. Teléfono: 236-6666 Acceso a discapacitados: Elevador Aceptan: Todas las tarjetas Recomendamos: Siu-mai, torrejitas de maíz con puerco, wo-tip, baby wanton

