Había una vez una mariposita llamada Cindy. Ella no sabía por qué de repente nadie quería jugar con ella. Ni su mejor amiga Nelly quería ser ya su amiga. Y Cindy no sabía por qué.
Cindy voló hasta la casa de Gusanillo para saber si él todavía era su amigo, pero Gusanillo le dijo: Por supuesto que no. Cindy le preguntó por qué ya no quería ser su amigo y él le respondió: Eso debes averiguarlo tú misma.
Cindy decidió hacer una reunión en su casa con todos sus conocidos para preguntarles por qué habían dejado de ser sus amigos. Todos acudieron a la cita, y cuando les preguntó por qué ya no gustaban de ella, todos contestaron: Porque tus alas han perdido su lindo color.
La mariposita entonces dijo: Bueno, eso se debe a que mis alas están creciendo y los colores están cambiando. Pero eso se arregla fácilmente, solo tengo que pintar mis alas.
Todos los que estaban allí le ayudaron a pintar sus alas de lindos colores, y después de eso, todos volvieron a ser sus amigos.
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