Yanina Harris
-Ya lo descubrí todo. Es tan cruel darse cuenta de... de algo tan horrible- se dice el chico de tez clara y mirada de adulto. Repasa una y otra vez los papeles que el enfermero había dejado sobre su cama. Lo que sería de él en unos días sólo sería un experimento como cualquier otro en el recuerdo de sus captores. Les daba lo mismo encargarse de un perro que de un humano, o de alguien tal vez humano.
Los pensamientos de ser un monstruo o algo peor lo atormentaban cada minuto, pero él renegaba contra ellos una y otra vez.
-No, no puedo ser una asquerosa quimera. Los chicos que antes vivían aquí eran tan normales como nuestros doctores, y ahora resulta que nuestro origen no es natural y que mi fin será el fin que ellos tuvieron. Un fin del que sólo me vengo a enterar... ahora. Estoy destinado a servir de repuesto. ¿No es irónico ? Soy la reserva de repuestos orgánicos de un viejo gordo y enfermo. No sé qué sentir; una mañana lo vi muy temprano merodeando los salones y me causó repulsión. No sé si era el humo que exhalaba o el sudoroso rostro nervioso. Y de repente casi se desmaya cuando el profesor Hunt me presentó: "Este jovencito es Epsilon ". Me pareció muy raro que ese tipo se emocionara al conocerme. Pasaron los días, encontré los documentos (no sé si pensar que fueron dejados a propósito para hacerme sufrir) y até los cabos. Y aún me sigue causando repulsión.
Y pensar de que ese moribundo viejo... soy yo, o al revés. ¿No es gracioso? No puedo odiarlo. Es un tonto más de la ciencia. Una ciencia que nos ciega con promesas realizadas a toda costa, aunque signifique crear vidas como la mía.
(suspiro...)
No sé qué soy o qué debo ser, ¿un quinceañero que "donará" sus pulmones a un hombre que los está perdiendo porque quiso? Por algo todos decían que yo era importante y único (los otros dos chicos tenían unos organismos muy quebrantados) ¡ja!... Pero no dejaré que eso suceda. Romperé estas barreras y buscaré la libertad. No sé cómo, no tengo a donde ir. Pero no soy un conejillo de Indias. Creo que soy más humano que mis creadores y merezco ver el sol.
Epsilon se guarda unas herramientas en la nívea chaqueta. Sonríe al pensar que es una maravilla haber sido criado con tanta frialdad. ¡Por todos los Cielos?, ¿de dónde salió ese calor en su interior? No se detiene a buscar la respuesta, sólo desconecta la video-cámara con tranquilidad como si no hubiera nadie viéndolo al otro lado.
-Ojalá que todo salga bien.
