La combinación de una humedad relativa de 96,1% y una temperatura máxima diaria de 34,4 grados centígrados, produjo en los primeros 15 días de mayo el índice de calor más alto que se ha registrado en Panamá en los últimos 17 años en el mismo mes.
De acuerdo con Carlos Vargas, gerente de la sección de Meteorología e Hidrología de la Autoridad del Canal de Panamá, tenemos los promedios de temperatura del aire más altos de la historia y también una alta humedad relativa. La combinación de esos dos factores es lo que causa el malestar en la población.
La humedad relativa es la cantidad de vapor de agua que hay en el aire. Humedad relativa baja quiere decir aire seco, y alta es humedad. Por otra parte, el índice de calor, o lo que Vargas llama un calor aparente se siente aunque el termómetro no marque un aumento en los grados, es el resultado de la fórmula matemática que se aplica a la temperatura y a la humedad relativa.
La gente tiene razón al sentir ese calor aparente que no es más que la incomodidad producida por esos parámetros tan altos.
Si bien la sensación térmica de agobio que se deriva de esta combinación fatal se produce todos los años debido a la transición entre la estación seca y la lluviosa, hay otros factores que han incidido en el aumento del calor.
Gerardo Leis, profesor de la escuela de Meteorología de la Universidad de Panamá, explica que el índice de calor ha empeorado estos días debido a la presencia de un anticiclón en el Caribe, que lanza masas de aire caliente hacia el istmo de Panamá y que además contribuyó a retrasar la entrada del periodo de lluvia.
Según información difundida en la página de internet de la Gerencia de Hidrometeorología y Estudios de la Empresa de Transmisión Eléctrica, S.A. (ETESA), el sistema anticiclónico se encuentra en los niveles medios y altos de la troposfera sobre Centroamérica y la cuenca del mar Caribe.
Al estar Panamá hacia la derecha de este sistema, recibe un descenso o subsidencia de las masas de aire proveniente del mismo; estas masas de aire, al descender, se calientan adiabáticamente [sin que haya intercambio térmico], y al encontrar aire cargado de humedad en los niveles bajos de la troposfera, aumenta la sensación térmica, explica el meteorólogo Blas Córdoba en la página de ETESA.
