NUEVA YORK, EU. La fotografía digital se ha desarrollado de una forma tan impresionante en los últimos cinco años, que como resultado un verdadero ejército de cámaras invade el mercado estos días.
Para los usuarios resulta conveniente tener una cámara inteligente en las manos capaz de tomar decisiones fotográficas certeras y producir fotos instantáneas.
Pero lo realmente conveniente es que una sola tarjeta universal reemplaze para siempre y de una sola vez los típicos rollos y el a veces engorroso proceso de revelado.
Con descargar las fotos en el disco duro del ordenador, esta tarjeta queda lista para ser usada cuentas veces se desee.
Pero eso no es todo. El ordenador permite infinitas posibilidades de transformación con programas como el popular Photoshop, en el que, las fotos se pueden ampliar, alterar, montar y hasta distribuir por correo electrónico.
Sin embargo, docenas de modelos y marcas de cámaras digitales no facilitan la tarea a la hora de elegir la más adecuada a las necesidades de cada aficionado.
Las cámaras digitales llevan pequeños chips que convierten las imágenes en fotos. La calidad de la imagen se mide en unidades llamadas pixeles, equivalentes a puntos en una fotografía tradicional.
Por tanto, cuantos más pixeles, más definición o detalle tendrá una fotografía digital.
Para ampliaciones pequeñas será suficiente una cámara que capture alrededor de un megapixel; si lo que se necesitan son ampliaciones de medio tamaño, servirían los modelos de 2.1 megapixels, y para ampliaciones grandes en papel, se requerirían modelos de 3.1 megapixels hacia arriba.
El zoom óptico y el digital, son otra seducción de estas cámaras que podrían confundir al com prador.
La mayoría de las cámaras tienen ambos. El zoom óptico acerca los objetos distantes, y el digital permite ver los de mayor tamaño en el visor.

