Escribo cuando las bolsas mundiales vivieron una jornada caótica, pese a los mensajes tranquilizadores de los gobiernos. El presidente Bush advirtió que se necesitará tiempo para restaurar la confianza en los mercados financieros. Varios analistas consideran que lo peor está por venir. El presidente de la Reserva Federal dijo que éste es uno de los más difíciles contextos jamás vistos. Para mostrar la evolución diaria de la deuda pública, el Departamento del Tesoro de EU creó el sitio web Debt to the penny (http://www.treasurydirect.gov/NP/BPDLogin?application=np).
La última fecha que informa es la del 3 de octubre: La deuda es de 10.2 billones de dólares (10.2 trillones de dólares, en la terminología anglosajona). En dos semanas –del 22 de septiembre al 3 de octubre–, la deuda norteamericana se incrementó en 500 mil millones de dólares, o sea, ¡lo que normalmente aumentaba en un año! Es decir, mientras el Congreso discutía si aprobaba o no un plan de rescate, la Reserva Federal inyectaba liquidez al mercado a una velocidad sin precedentes.
Debido a la globalización, esta crisis es peor que la ocurrida en 1929, cuando quebró la Bolsa de Nueva York, que causó un largo período de contracción económica mundial conocido como la “Gran Depresión”. En 1932, había en EU 13 millones de desempleados. El peso de la economía norteamericana en el mundo hizo que la crisis se extendiera al resto del planeta. En ese momento, EU representaba el 15% del PIB mundial; hoy, representa el 25%. A inicios del siglo XX, los canales de contagio eran principalmente los comerciales; hoy, debido a la globalización, son muchos.
Los depositantes de los bancos norteamericanos comenzaron a retirar sus ahorros: Según The Washington Post, solo el miércoles 24 de septiembre, los fondos cayeron “por lo menos 79 mil millones de dólares, o sea cerca de un 2.6%”. El 29 de septiembre, el Gobierno irlandés anunció que garantizará durante dos años los depósitos en los seis mayores bancos del país. Para evitar que los depositantes retiraran los fondos de los bancos, Angela Merkel, canciller de Alemania, garantiza en nombre del Estado la totalidad de los depósitos bancarios de los ahorradores. También se comprometieron a respaldarlos: Grecia, Austria, Dinamarca y Suecia. En varios países latinoamericanos –México, Argentina y Brasil–, se ha sentido el nerviosismo por la volatilidad de los más importantes mercados financieros. No están claros los efectos que a largo plazo podrían ocurrir en la región.
Dominique Strauss–Kahn, director del FMI dijo: “el mundo está globalizado y las consecuencias de la crisis se van a dejar sentir en todas partes”. “Habrá una fuerte repercusión indirecta” en Latinoamérica, donde “esperamos una ralentización del crecimiento bastante sensible”. Explicó que “los precios de los alimentos se han estabilizado, pero a un nivel extremadamente elevado”, y seguirán a ese nivel en 2009. “La crisis puede desatar “hambruna y desnutrición infantil” en Centroamérica y África. Panamá se verá afectada por esta crisis, debido a que EU y Europa estarán en recesión; disminuirá la demanda de los países desarrollados; EU es nuestro principal mercado de exportación; casi la mitad del PIB panameño se crea en sectores relacionados con el mercado externo; están disminuyendo los precios de algunos commodities, por lo que disminuirá la liquidez y capacidad económica de los países exportadores de los mismos; se reducirá el tránsito por el Canal; los norteamericanos disminuirán sus viajes y la adquisición de viviendas en Panamá; disminuirán las ventas de la Zona Libre; se estima que unos 20 mil millones de dólares del Estado panameño están depositados en bancos estadounidenses. Por cierto ¿por qué el Gobierno no muestra los documentos que prueban dónde están colocados esos fondos?
Joseph Stiglitz, premio Nobel de economía 2001, dijo: “La mayor parte del crecimiento económico que tuvimos en los últimos cinco años estuvo basado en la burbuja inmobiliaria, que ahora explotó”. ¿Cuándo estallará en Panamá? Los datos demuestran que la política económica del gobierno neoliberal de Martín Torrijos favorece a los ricos en detrimento de los pobres. La pobreza se ha incrementado en un 4%. Entre julio de 2007 y julio de 2008, los precios crecieron un 9.6%. En julio de 2006, el costo de la canasta básica era de 202.78 dólares; en julio de 2008, había subido a 255.26, o sea, se incrementó un 25.9%.
El Gobierno debiera garantizar todos los depósitos bancarios, estimular la producción agropecuaria y congelar los precios de los artículos de primera necesidad a los niveles existentes cuando empezó a regir el Cair. Además, promover leyes que: establezca los convenios colectivos de trabajo, con vistas a garantizar ganancias razonables a los empresarios y un salario digno a los trabajadores; gravar fuertemente el consumo de bienes suntuarios; eliminar los viáticos y otros privilegios que disfrutan los ministros, diputados y magistrados.
La subida al poder de Margaret Thatcher en el Reino Unido, y de Ronald Reagan en EU, inició la era del neoliberalismo, con su creencia dogmática en las bondades de la “mano invisible” y la auto corrección del mercado. Alan Greenspan –presidente de la Reserva Federal desde 1987 hasta 2006–, contribuyó a dar rienda suelta a las fuerzas del mercado. Neoliberal confeso, Greenspan permitió que el mercado inmobiliario de EU creciera gracias al crédito barato; ahora, el mundo sufre las consecuencias. Se inicia una época en la que deberá buscarse la proporción óptima entre el mercado y la regulación estatal.
El autor es catedrático
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