LOS ANGELES, EU. La NASA dice que ha encontrado una manera de reducir la explosión sónica, el estruendo que provoca un avión supersónico al pasar la barrera del sonido: cambiar la forma del avión.
La prueba de esa teoría se produjo la semana pasada en una serie de pruebas sobre el mismo desierto de California donde Chuck Yeager superó por primera vez la barrera del sonido en 1947, la base aérea Edwards.
Los cambios en el revestimiento y la trompa de un jet F-5E de la marina redujeron la fuerza de la explosión, de un estampido fuerte a un golpe sordo, dijo la vocera de la NASA Kathy Barnstorff el jueves pasado.
Se espera que el experimento, cuyo costo es de 7 millones de dólares, dé lugar a una tecnología que permita a los aviones comerciales supersónicos volar sobre tierra sin causar molestias, dijo Barnstorff.
La misma tecnología volvería a los aviones militares más sigilosos.
No está claro si se construirán aviones supersónicos comerciales en el futuro próximo. Boeing recientemente dejó de lado sus planes de fabricar el Sonic Cruiser, que se aproximaría a la velocidad del sonido.
El Concorde pasará definitivamente a retiro el mes próximo. El avión, que entró en servicio en 1976, nunca pudo volar sobre tierra debido a las normas estadounidenses y europeas sobre ruido.
Un avión en vuelo produce ondas de aire similares a las que genera la proa de un barco en el agua. Al exceder la velocidad del sonido unos mil 200 kph a nivel del mar las ondas de presión se funden y provocan la explosión sónica en tierra.
El experimento, realizado conjuntamente por la NASA, el Pentágono y la empresa privada Northrop Grumman Corp., demostró que el diseño del avión puede impedir que se fusionen las ondas de presión, y cuando estas llegan a tierra el ruido es mucho menor, según la NASA.
Los ingenieros modificaron el jet agregándole un guante de forma especial a la trompa y un revestimiento nuevo en la parte inferior del fuselaje. La comparación de ese jet con uno no modificado confirmó la diferencia.
