BERLIN, Alemania. (EFE/DPA). Armin Meiwes, el alemán de 42 años de edad que confesó haber matado a un hombre de 43 años al que conoció por internet y habérselo comido en partes, escribe en la cárcel un libro sobre su vida y ya ha recibido ofertas para llevarlo al cine.
Así lo aseguró su abogado, Harald Ermel, en una pausa del juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial de Kassel, aunque el letrado no confirmó informaciones de la prensa según las cuales el acusado ha recibido ofertas millonarias para llevar su historia al cine.
Dos potenciales víctimas de Meiwes declararon el lunes en el cuarto día de audiencia, luego de haber accedido a visitar la denominada sala del sacrificio.
Los dos conocieron a Meiwes a través de la red y fueron interrogados por separado a puerta cerrada. Ambos dijeron coincidir como Meiwes en sus inclinaciones caníbales y se dejaron inspeccionar en la sala donde Meiwes había descuartizado antes a otra persona y se la había comido para calmar sus instintos sexuales.
Uno de los testigos, un cocinero de 34 años, dijo que mantuvo contactos con Meiwes durante dos años y medio, y que se encontraron en cinco ocasiones. En la sala del sacrificio se dejó untar todo el cuerpo con aceite y marcó con letreritos las partes aprovechables de su cuerpo. Pero se descompuso cuando fue izado con un gancho y no pasó nada más.
Esto fue calificado por el abogado de Meiwes como un atenuante, porque su mandante no aprovechó la ocasión, ya que habría sido muy fácil ultimar a un hombre que colgaba de los pies.
Otra de las potenciales víctimas fue un planificador de conferencia de 27 años, que entró a la sala de audiencias con el rostro tapado.
Por otra parte, trascendió que Meiwes podría ser condenado a una pena relativamente leve, porque el cargo de asesinato no será tenido en cuenta, sino solo el haber matado a una persona a pedido explícito de esta. En caso de ser así, la pena prevista sería de cinco años de cárcel. La sentencia está prevista para fines de enero.
El juicio al llamado caníbal de Rotemburgo, el informático alemán de 42 años que descuartizó y se comió viva a su víctima, un ingeniero berlinés de edad similar, está despertando enorme expectativa.
En el juicio, Meiwes confesó haber matado hace dos años al ingeniero berlinés y haberse comido gran parte de sus órganos, acompañados de vino tinto chileno. El caníbal grabó las escenas en un video de unas cuatro horas de duración, que fue proyectado el viernes pasado a puerta cerrada en el proceso en Kassel.