P. Señora Carmen: A veces me pregunto si algunas personas simplemente estamos destinadas a sufrir de mala suerte crónica. Yo me comparo con mis compañeros de trabajo y aunque todos, de alguna forma u otra, pasan dificultades, ninguno ha tenido que enfrentar las tragedias que yo he vivido. Perdí a mi madre cuando tenía 12 años. Reconozco que mi papá supo ocupar su lugar muy bien. Siempre ha estado pendiente de mí y de mis necesidades, pero eso no impide que yo sienta el vacío que dejó mi mamá. En cuestiones de amor tampoco he tenido suerte, pues quizás por exigente o por ser muy recta, no sé, pero mis novios siempre me dejan. He tenido tres (tengo 24 años) y siempre que terminan conmigo me dicen que es porque yo soy demasiado perfeccionista y que les exijo mucho. Sinceramente, no estoy dispuesta a conformarme con alguien mediocre. Mis amigas también me dicen que yo soy muy necia con los hombres, y que uno tiene que pasar por alto algunas fallas. ¿Usted cree que eso es así? ¿Tiene uno que perdonar todos los errores de la pareja para poder mantenerse con una pareja?
R. Mi querida amiga: En este asunto de perdonar y olvidar fallas o errores de la pareja hay que tener bien claro que no todos los defectos caen en la misma categoría. Yo, por ejemplo, no he logrado que nadie me dé una razón válida para perdonar la deshonestidad o la infidelidad. Ahora bien, el que una persona sea desordenada quizás se puede pasar. Por otro lado, es bueno saber que generalmente una persona exhibe su mejor comportamiento durante la conquista, por lo que si su pareja es descuidada en esta etapa lo más probable es que al afianzar la relación se ponga peor. O sea que, si era un novio mediocre, seguramente será un marido bien regularzón. Por último, quiero recordarle que usted está demasiado joven para estar hablando de malas suertes y cosas por el estilo. Todavía tiene mucho tiempo para encontrar al hombre que la hará feliz. Un saludo, Carmen
