Aunque el Parque Nacional Coiba (PNC) ha sido estudiado por mas de 30 años, la intensidad de estas investigaciones se ha incrementado recientemente, y ha conducido a descubrimientos que asombran a los científicos. Estos hallazgos hacen que sea urgente compartir esta información para contribuir constructivamente a las discusiones sobre este tesoro único de biodiversidad. Por ejemplo, el 30 de mayo pasado, un investigador del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales reveló a la comunidad científica un descubrimiento extraordinario acerca de la extensión de cobertura coralina en el parque. Usando imágenes satelitales y confirmando con medidas en el campo, se descubrió que la cobertura total de corales en el PNC, que originalmente se pensaba que alcanzaba 160 hectáreas, en realidad alcanza mil 700 hectáreas. Los mismos estudios han revelado que el parque tiene especies de corales nuevas para la ciencia, una riqueza que solamente podemos estimar por ahora, porque falta mucho por hacer y muchas especies por nombrar. Mientras que mil 700 hectáreas pudieran parecer un área enorme, solamente representan 0.6% del área marina del parque y son la parte más frágil e importante del ambiente marino. Estas zonas coralinas contienen la mayor diversidad biológica y son las incubadoras de los ecosistemas costeros, viveros para peces y otros organismos para todo el Golfo de Chiriquí. Este premio mayor de corales sucede a consecuencia de las aguas tibias del Golfo de Chiriquí. Si se toma en cuenta que los mares del Pacífico Oriental Tropical son considerados relativamente pobres en corales, nos damos cuenta de lo que realmente significa esta riqueza y abundancia de corales en Coiba, que estamos apenas empezando a conocer.
¿Por qué es importante Coiba en el contexto del Corredor Biológico Marino?
El Pacífico Oriental Tropical es una región con un alto nivel de interconexión ecológica debido a la convergencia de corrientes marinas principales. Estas corrientes facilitan la dispersión de larvas de una variedad de organismos tales como corales, moluscos y peces y la migración, movimiento y distribución de muchas especies de importancia global y regional, como las ballenas jorobadas.
Es por su carácter único y su papel clave como eslabón en este corredor vivo que UNESCO está evaluando la solicitud del PNC para ser declarado "Sitio de Patrimonio Mundial". De igual forma, durante la Cumbre de Desarrollo Sostenible en Johannesburgo, Sudáfrica, en septiembre del año pasado, el Gobierno panameño, junto con los de Costa Rica, Ecuador y Colombia, suscribió el compromiso de proteger su parte correspondiente de este Corredor Biológico Marino.
La isla de Coiba es un laboratorio vivo, donde han evolucionado numerosas especies únicas en sus 15 mil años de aislamiento de tierra firme. Hay animales en Coiba que son únicos en el mundo, como el mono Aullador Negro, el ñeque de Coiba y la colaespina de Coiba. La isla también sirve como refugio para especies que han desaparecido del resto del país. Allí se encuentra la última población silvestre y viable de la guacamaya roja en Panamá. Hay un mínimo de dos mil especies de plantas en la isla, pero esto es solo un estimado, pues la mayoría de los bosques en el interior de la isla no ha sido estudiado. Las investigaciones ya han revelado que hay plantas únicas, y eso representa solamente la punta del iceberg.
Por la riqueza biológica y su carácter singular, no es sorprendente que ahora más que nunca, el PNC se encuentre bajo la lupa internacional. Coiba es tema de conversación en las salas de UNESCO en París, en los salones de clase de la Universidad de Harvard y en estudios de producción de televisión. Hace dos semanas, un equipo de filmación de Discovery Channel estuvo en la isla. Coiba representa un recurso sin igual para la ciencia. Y todo esto puede existir a la par de actividades turísticas, si estas se desarrollan de una manera cónsona con la conservación de los ecosistemas marinos y terrestres del parque.
Las actividades turísticas de bajo impacto han sido altamente rentables en otros países. En Galápagos, en 1997, el turismo generó 72 millones de dólares, más 5 millones de dólares en impuestos de visitas al área, dinero que se usa para el manejo y la administración del parque. Para el 2002 se esperaban aproximadamente 140 millones de dólares. En Costa Rica, la pequeña Isla del Coco es considerada como el mejor sitio en el Pacífico Oriental para el buceo recreativo.
La Isla del Coco genera un estimado de 8 millones de dólares en costos directos para el buceo, sin contar la inversión en vuelos internos, hoteles, restaurantes, etc. Vale la pena mencionar que las aguas de Coiba son más diversas que las de Isla del Coco y su proximidad a tierra firme la hace mucho más fácil de disfrutar.

