Al son de murgas, cha cha chá y cuanta fusión latina puedan crear, los chicos oriundos del poblado argentino de Ramallo, ofrecieron un espectáculo como pocos se han visto en Panamá.
Carentes de toda ostentación, los 11 miembros de la banda animaron a la concurrencia con sus canciones, bailes y anécdotas. Demostraron su madera artística con sus nítidos acordes y agradable interacción.
El show arrancó a la 1:00 a.m. con un repertorio de temas que se encuentran incluidos en los compactos Vísperas de carnaval (1999) y Buenos muchachos (2001).
En ese orden, algunos cortes fueron Para no verte más, El demonio (está en esa mujer), Chá chá chá, Baila para mi, Quiero verte mal, Te quiero comer la boca, Hoy estoy peor que ayer y Todos tenemos un amor fueron interpretados.
Queríamos brindar un espectáculo bastante alegre, comentó en una entrevista previa al concierto el vocalista de la banda, Guillermo Novellis.
Sabemos que de los tres discos que hemos lanzado, solo los dos últimos son sonados en Panamá, agregó. Es por eso que pensamos armar un show que transmitirá la jovialidad característica de nuestros temas", dijo.
Novellis, quien también afirmó sentirse complacido con la acogida musical de La Mosca en el Istmo, aseguró que como agrupación todavía se sienten sorprendidos con su rápida evolución artística.
Tardamos unos cuatro años en llegar a la fama, explicó. Qué irónico, antes éramos nosotros los que llevábamos nuestras canciones a las emisoras y compañías discográficas, hoy en día es nuestra melodía la que nos guía hacia nuevos horizontes, añadió.
Durante el concierto, Novellis le explicó al público la importancia de sus proyectos como agrupación. Hace años tuvimos un sueño y me alegra decir que este se convirtió en realidad, dijo. Creo que somos la mejor banda, porque también somos los mejores amigos, agregó.
