Los tres se muestran imponentes en sus uniformes negros y pies descalzos. Y a pesar de sus títulos y rangos, Yutaka Furuta, Arinobu Kurose y Junichi Kusama demuestran que, como maestros, la sencillez es una cualidad necesaria para observar, catalogar y enseñar un arte que han practicado la mayor parte de sus vidas: el kendo.
El Gimnasio Roberto Durán fue el escenario de la ciudad capital en donde estos tres sensei ("maestro" o "doctor" en japonés) se presentaron el pasado martes 16 de septiembre.
Ellos formaban parte de una delegación de cinco maestros de kendo, un estilo japonés de esgrima que utiliza espadas hechas con láminas de bambú --en lugar de las katana de los samurai.
La exhibición de este arte marcial conocido también como "el camino de la espada", ( ken , espada y do , camino) incluyó presentaciones y talleres por parte de los maestros japoneses y la Asociación de Kendo de Panamá, que hizo despliegue de la filosofía y las técnicas de este arte ante unos 75 espectadores.
Durante la preparación para el evento, Yutaka Furuta, Arinobu Kurose y Junichi Kusama compartieron con La Prensa algunas de sus experiencias como seguidores del kendo. Los tres consideran que el kendo es más que un deporte competitivo: para ellos es también un estilo de vida fuertemente ligado a una tradición familiar.
Fue así como Furuta le enseñó a sus dos hijos a practicar este arte milenario.
"Yo empecé cuando cursaba el tercer grado de primaria", cuenta el maestro. "En aquella época, era el único deporte que se le permitía practicar a los varones en Japón", agrega, explicando que a raíz de la Segunda Guerra Mundial, la enseñanza del kendo se convirtió en política estatal.
A sus 48 años de edad, Kurose cuenta que su entrenamiento en el arte también se inició en la escuela, en el primer ciclo de la secundaria. Pero fue su tío quien lo inspiró, pues contaba con una armadura de kendo , que por lo general son muy costosas. Cuando se hizo padre, Kurose le enseñó a sus dos hijos que continuaran la tradición familiar. Pero para él, este deporte se convirtió en profesión, y hoy día trabaja para la Federación Internacional de Kendo.
Kusama también comenzó en la primaria y recibió el entrenamiento de su padre, quien enseñaba kendo profesionalmente.
Sin embargo y a pesar de la ardua labor de cada uno como sensei de sus propios hijos, los maestros sonríen cuando se les pregunta si los muchachos aún practican. La vida moderna en Japón no siempre lo permite, dice uno de ellos. "El kendo requiere mucho tiempo y dedicación y los muchachos tienen que concentrarse para poder entrar a las universidades y trabajar", agregan.
Con esta visita a Panamá, los maestros buscan compartir con los panameños que han empezado a practicar kendo sus habilidades para que ellos desarrollen aún más este arte marcial.
De acuerdo con la Federación Internacional de Kendo, existen 44 países afiliados en donde se practica actualmente. Además, hay otros 100 países más que quieren afiliarse, pero aún no llenan los requisitos de la federación. En el año 2001 se estableció la Asociación de Kendo Iai-Do de Panamá (ASKEPA), aunque el deporte se practica localmente desde 1980. El presidente de la asociación, Jorge Noriega, comenta que ASKEPA está ubicado en el Instituto de Tai-kwan- do, al final de calle 50 y cuenta con un dojo (gimnasio) para kendo donde unos 30 miembros practican regularmente, mujeres entre ellos.
