BUENOS AIRES, Argentina (EFE). La compasión, la pobreza y la soledad son algunos de los temas abordados en Caja negra, primer filme del argentino Luis Ortega, que ayer, jueves, se estrenó en Buenos Aires, después de haber hecho un exitoso recorrido por varios festivales.
Una obra a la medida de nuestro hoy, señala el diario La Prensa en su reseña del filme dirigido por uno de los hijos menores del cantante Ramón Palito Ortega y protagonizado por Dolores Fonzi, Eduardo Couget y Eugenia Bassi.
Ganadora de la Mención Especial del Jurado del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata 2002 y elogiada en el de Toulousse (Francia), Caja negra es una película sobre las relaciones humanas y la unión de las partes perdidas.
Cuenta la historia de una mujer de 100 años, de su hijo, un ex presidiario que vive en un hogar del Ejército de Salvación, y de su compasiva nieta, todos ellos vecinos de la zona sur de Buenos Aires, una de las más empobrecidas de la ciudad.
En 1999, Luis Ortega, que ahora tiene 22 años, decidió escribir un guión cinematográfico sobre un padre y una hija después de haber conocido en la calle a Eduardo Couget, a quien dio luego uno de los papeles principales en su película.
Eugenia Bassi, que hizo el papel de la abuela y murió a los 101 años, cuando el filme estaba en proceso de postproducción, también fue incorporada al proyecto después de un encuentro casual con el director cuando este buscaba lugares para rodar en el barrio de San Telmo y tuvo que refugiarse de un aguacero en su casa.
En el papel de la nieta está la joven actriz Dolores Fonzi, que ha intervenido en Vidas privadas, ópera prima del cantante Fito Paéz, entre otros filmes. Durante los seis meses previos al inicio del rodaje, Dolores convivió diariamente con quien sería su abuela en la ficción; dándole de comer, cambiándole los pañales y acompañándola en sus frecuentes momentos de delirio. Caja negra será exhibida en la próxima edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en septiembre. A veces más es menos, pero no siempre menos es más. Esto último por fortuna es lo que sucede con la ópera prima de Luis Ortega, que es la antítesis del cine que filmaba y producía su papá, Palito, señala el crítico del diario Clarín. Por su parte, el crítico de La Nación, que califica el filme como muy bueno, destaca la originalidad de la ópera prima de Ortega, por su gran sensibilidad humana, un lirismo no premeditado y una mirada despojada de prejuicios y con una singular capacidad para registrar esos pequeños instantes mágicos.
