Esta frase es muy popular y frecuentemente utilizada en el diario vivir del panameño. La utilizamos para indicar que, en situaciones de desesperanza, debemos apelar a la paciencia y dar oportunidad a que los problemas se resuelvan favorablemente con el paso del tiempo.
Con el paso del tiempo, todo se borra y todo se olvida. Desde el punto de vista humano, no está mal que utilicemos este recurso que nos permite mitigar los dolores causados por la pérdida de un pariente cercano o cualquier otra situación que haya afectado nuestra vida. Gracias a Dios que esto es así, ya que nos permite entender los embates de la vida y dirigirnos hacia nuevos caminos.
Cuando este mismo concepto se aplica a la justicia social, cambia su intención. Así vemos cómo las autoridades se apropian de ello para evadir las responsabilidades que les compete. De igual forma, hay algunos juristas que lo utilizan a favor de sus clientes para eximirlos de un juicio justo de acuerdo a las normas legales por la comisión de algún delito. Para darle una apariencia cosmética, le llaman: “prescripción de los hechos” o puede llamársele “prescripción de la norma”. En buen panameño esto significa: “El tiempo lo borró todo”, ¡cambio y fuera!
Son notorios los casos en los cuales el tiempo ha pasado por ellos, y han quedado en el olvido, pues les han aplicado la fórmula del “paso del tiempo”. Y esto ha sucedido con mucha frecuencia en todos los gobiernos que hemos tenido, lo que denota una práctica muy dañina a los intereses del pueblo panameño, porque caemos en la injusticia.
Las tragedias ocurridas el año pasado, que envuelven la vida de seres humanos, han pasado al olvido. Por otro lado, regresar a ese pasado con la finalidad de retomar los hechos y aplicar la justicia, se le llama: “Cacería de brujas”, en todo caso la justicia parece ser prohibitiva, y el asunto es que el tiempo nos gana siempre la partida y aquí terminó todo. Esto me hace recordar una anécdota, de por qué ya no se ventilan problemas de conflicto entre las naciones perteneciente a la Organización de Estados Americanos. Porque OEA significa en otro sentido: “olviden ese asunto”.
Esperemos que los tan afamados cambios prometidos por los que procuran regir los destinos de nuestro país en los próximos cinco años tomen esto en cuenta y asumamos con seriedad las responsabilidades concernientes en cada caso y demos paso a un mejor país, para que el mundo nos mire con confianza. Esto forma parte de la seguridad jurídica del país tan avalada al momento de hacer transacciones comerciales con entidades extranjeras. Nuestro atractivo turístico no solo consiste en exaltar los destinos tropicales más exóticos del entorno, la actitud de nuestras autoridades y nuestro pueblo son fortalezas que nos hacen más competitivos.