La utilización de instalaciones del Estado para realizar operaciones a pacientes privados con equipo e insumos quirúrgicos destinados al uso público y el cobro indebido de tiempo extra, son algunas de las irregularidades descubiertas por la Contraloría General de la República en el Hospital Aquilino Tejeira, de Penonomé.
Tales anomalías se cometieron entre noviembre de 1999 y mayo del 2001, mientras estuvo vigente la práctica privada de la medicina en dicho hospital.
De acuerdo con fuentes del Ministerio de Salud (MINSA), que tuvieron acceso a una auditoría preliminar de la Contraloría, al menos 13 médicos especialistas están involucrados.
Los investigados son Daniel Polo, director médico del hospital; Cristobalina de Campos, Germán Tejeira, Jorge Gordón, Omar Weber, Raúl Bravo, Víctor Carles, Elda Reyes, Berlina Morán, Julio Massot, Mariela Quintero, Nilda de Zambrano y Vielka Fuentes.
La práctica privada se llevó a cabo pese a que la Procuraduría de la Administración había recomendado, en agosto de 1999, la suspensión inmediata de esta actividad, que permitía a médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería y técnicos quirúrgicos practicar operaciones paralelamente a las programadas oficialmente en el hospital.
Estos servicios eran coordinados únicamente entre el médico cirujano y el paciente, en cuanto a fecha, hora y costo por la atención personalizada.
Es decir, al margen de un depósito que los pacientes hacían para el hospital, pagaban a los médicos sumas similares a las cobradas en los nosocomios privados.
Estas prácticas se desarrollaban con personal del Hospital Aquilino Tejeira; incluso, la Contraloría descubrió que médicos especialistas, enfermeras, auxiliares de enfermería y técnicos quirúrgicos participaron en cirugías durante su tiempo libre.
Fuentes de este centro médico, que exigieron estricta reserva de su identidad, indicaron a este diario que los servicios médicos privados han desmejorado la calidad de la atención pública, ya que muchas veces los insumos se agotan en dicha atención.
Las cirugías privadas -de acuerdo con la auditoría- eran notificadas en forma verbal por el cirujano que iba a realizar la cirugía, o por el doctor jefe del salón de operaciones a la jefa de enfermeras del salón de operaciones.
El paciente privado que hizo uso de transporte debe cancelar antes de salir del hospital lo concerniente al uso de la ambulancia, 20 dólares; oxígeno 8 dólares, en caso de utilizarse; el viático del chofer, 7 dólares, y al personal de enfermería, 7 dólares, que se le entregará personalmente, sostiene el documento.
Vea: Aquilino Tejeira, el hospital público privado

