El ex presidente ecuatoriano Abdalá Bucaram pronosticó que se avecinan días duros para su país como resultado de la pugna que sobrevendrá entre el poder económico, la dictadura civil que gobierna al país, y los pobres, si llega a triunfar el coronel (r) Lucio Gutiérrez.
En la primera ronda, Gutiérrez alcanzó el mayor puntaje con 19.96%, seguido de Alvaro Noboa, con 17.57%. Le seguían el ex diputado León Roldós y el ex presidente Rodrigo Borja.
Gutiérrez, de 45 años, es un militar que contribuyó a derrocar al ex presidente Jamil Mauad, apoyado por indígenas, mientras que Noboa, de 51 años, es banquero y magnate bananero.
A juicio de Bucaram, estos comicios han sido un proceso accidentado, ya que se han privatizado las instituciones y hasta las elecciones, además de cuestionar que se ha elegido una cantidad inadmisible de diputados.
Tras lamentar lo desorganizado del proceso electoral, definió la irrupción del coronel Gutiérrez como una respuesta, una revancha popular al golpe de Estado instaurado por los mandatarios que le sucedieron a su derrocamiento (Alarcón, Mauad y Noboa). En lo humano, dijo que es un hombre sereno y trabajador, contrario a lo establecido, a quien conoce porque fue su edecán.
La segunda ronda siente que será complicada y conflictiva por la cantidad de fuerzas dispares e intereses que intervendrán en las alianzas. Por tanto, visualiza un pacto de los sectores oligárquicos para impedirle el avance a Gutiérrez, lo que asegura generará un proceso de mayor desestabilización política.
No dejó de execrar contra quienes denigran a Gutiérrez como golpista, y recordó que las fuerzas armadas, la Iglesia, la oligarquía, la prensa nacional y Estados Unidos conspiraron para derrocarlo tildándolo de loco, a pesar de la abrumadora votación que lo eligió. No tienen autoridad moral para hablar de golpes de Estado, dijo.
Bucaram se mostró esperanzado en su probable regreso al Ecuador en los próximos meses, dado que, tanto Gutiérrez como Noboa ya se han pronunciado en favor de hacerle justicia y devolverle sus derechos políticos.
