Hernán Antonio De León Batista Como es sabido, la implementación de los llamados días puente, es decir, la transferencia del día de asueto o descanso de una fecha determinada por ser de duelo o fiesta nacional hacia un día lunes o viernes, con el fin de convertirlo en un fin de semana largo (y cuya génesis se dio en el gobierno del ex presidente Ernesto Pérez Balladares), siempre ha sido tema de polémica.
Algunos consideran que con esta decisión se pierde el significado de las fechas históricas, tal como aconteció con la crítica que hicieran las distintas asociaciones de santeños del país, en defensa del día 10 de noviembre, fecha en que se conmemora el Primer Grito de Independencia de Panamá de España dado en la Villa de Los Santos, así como la defensa que hizo la Iglesia católica por el día 8 de diciembre (día de la madre).
Sin embargo, hay sectores económicos del país que propugnan por el restablecimiento de los llamados días puente, especialmente para los días 28 de noviembre y 9 de enero, fundamentándose en el hecho de que la creación de estos días puente va a servir de ayuda para solventar la crisis económica, así como que puede ser una inyección económica a los pueblos del interior del país.
Es cierto que en la actualidad Panamá tiene un alto índice de desempleo, por lo que no es beneficiosa esta medida para la población de escasos recursos; pero si nos ponemos a estudiar objetivamente las repercusiones de la creación de días puente, consideramos que estos tienen un carácter de relatividad en su provecho. No obstante, se obtiene un mayor beneficio con esta medida de contar con fines de semana largos en cuanto a la unidad familiar, ya que tendremos mayor tiempo para dedicárselo a nuestra familia, siempre y cuando el día de asueto se dé el día lunes para que sea de beneficio también para los empleados del sector privado.
Nos preguntamos ahora: ¿verdaderamente se pierde el significado de las fechas históricas de nuestro calendario? Somos de la humilde opinión que no, ya que hay otros países que se perciben con mayor nacionalismo que el nuestro, como son Estados Unidos, México y Colombia, quienes tienen en su calendario los llamados días puente, y en ningún momento han dejado de perder el significado de sus fechas históricas.
Por otro lado, debemos ser conscientes y preguntarnos en cuanto a nuestra fecha de duelo nacional, 9 de enero, si verdaderamente la respetamos. Sobre el particular, es conocido que en este día son muchos los panameños que liban licor y escuchan música, pese a su prohibición.
También observamos que cuando estas fechas caen en la mitad de semana, lo que se pierde es el ritmo de productividad.
Otro análisis que hacemos si hubiese día puente, específicamente para el día 9 de enero, es que al momento de caer en un día de semana y correrse su día de descanso para un lunes, podemos tener más tiempo para dedicarlo a la familia, y muy especialmente a nuestros hijos que para esa fecha, por lo general, gozan de vacaciones escolares.
Y qué decir ahora de este año en que la víspera tanto de Navidad como de año nuevo (24 y 31 de diciembre) caen lunes, días en que el Gobierno solo trabaja mitad de jornada, considerándose como un día improductivo para la mayoría. El Organo Ejecutivo podría dictar un decreto que establezca el pago de trabajo de las mencionadas fechas para un día sábado, para que los empleados públicos puedan tener un fin de semana extenso en vida familiar. El sector privado podría imitar una medida de esta naturaleza, que beneficiaría también a muchos panameños que tienen su familia en el interior del país.
