Cuando se discutió el proyecto de derechos posesorios sobre islas y costas, hoy ley de la República, más de 30 organizaciones de la sociedad civil se opusieron. De nada valió la cátedra de derecho romano que se les dio a los diputados. Ahora con la Ley No.30, nueve en uno, macarrón, chorizo, como se le denomine, de nada valdrá que tantas otras organizaciones se opongan.
Dicen que en Venezuela hay una dictadura de izquierda y que el presidente Chávez está loco. Para mí es lo mismo un dictador loco de derecha que de izquierda, de repente uno de ultra derecha es peor. Ahora comprendo que la ley carcelazo tenía su razón de ser. Lo que se intenta es acallar al pueblo y no permitirle decidir su destino. Creo que los políticos son tan ignorantes que no saben que la palabra democracia viene del idioma griego y que su definición es “gobierno del pueblo”.
Por ello cuando se nos ataca y se nos dice que queremos cogobernar, se prueba que desconocen el significado de lo que es una verdadera democracia, participativa y pluralista. Algunos dirán que soy utópico, pero quiero que Panamá sea como Suiza, en donde casi todos los meses, ahora vía electrónica, hay referéndum para decidir temas o políticas estatales.
Ahora los del PRD están de nuestro lado, son de la misma calaña, para muestra un botón; cuando la sociedad civil pide cambios al Código Electoral, los partidos al unísono votan en contra. Dios los cría y el diablo los junta. Estos no tienen principios morales ni dignidad, sino observe cómo se han cambiado de partido, vendiéndose al mejor postor. La realidad es que vivimos en una partidocracia, donde el pueblo no decide su destino, lo decide esta lacra social, motivados por intereses más económicos que políticos.
Bien ha hecho la Cámara de Comercio en decir que la forma en que se llevó la Ley No.30 está mal, han puesto las barbas en remojo, saben que este tipo de conductas nos puede traer a Panamá, un tipo de gobierno del que a ellos menos les convendría. Si yo fuera el administrador de la Anam habría renunciado por dignidad.
Los profesionales de clase media tenemos mayor capacidad de adaptación, ellos tendrían que viajar a otro país, pero de esos que a los empresarios les gustan quedan pocos.
Regresando al tema, los panameños votamos en mayoría por el cambio, pero el cambio para cosas buenas, no para malas y tampoco votamos por cosas que no se nos informaron, como el 7%, la tasa de alcantarillado, la minería a cielo abierto, la eliminación de los recargos en día domingo, etc., etc., etc.
El fin no justifica los medios, el cambio aunque necesario no se puede hacer de espaldas al pueblo, ni contra los deseos del pueblo. Hay algunos ciudadanos que ya tienen miedo de enfrentar y oponerse a las malas decisiones del Gobierno, cómo no lo van a tener, si mire lo que le pasó a la procuradora y a otros tantos.
Cada pueblo tiene el gobierno que se merece; es bueno que estas cosas nos pasen, a ver si algún día tomamos por la vía democrática y pacífica el control de nuestra nave insignia, Panamá. No debemos permitir y aceptar otra dictadura, aunque sea civil.
