Con mucha frecuencia se habla de que la ocupación hotelera promedio cayó en 2015 a un 52% y que continuará a la baja con predicciones del 48% para 2016. Esas cifras son producto de la suma de los porcentajes de ocupación de cada hotel registrado, dividido por el número de establecimientos en consideración, sin tomar en cuenta el tamaño o número de sus habitaciones.
Las cifras también consideran hoteles de diferentes tipos. Los hoteles de la ciudad tienen comportamientos muy diferentes a los de playa y los del interior del país. Los de la ciudad tienen mejores ocupaciones, de lunes a jueves, y tienden a caer de viernes a domingo, porque una gran parte de sus huéspedes realizan negocios. Los de playa y del interior son más estacionales, con mejores ocupaciones durante diciembre y abril, que es su temporada alta. Registran baja ocupación entre mayo y noviembre, que son los meses lluviosos. Durante los fines de semana, según las promociones, también se produce un aumento en las ocupaciones de esos hoteles.
Los promedios son engañosos y no dan un verdadero panorama de la realidad. Algunos tienen ocupaciones muy razonables, arriba del 60%, por su ubicación y otras características. Son los que contribuyen a incrementar el promedio que divulgan las autoridades de turismo. Pero la realidad es que hay un considerable número con ocupación por debajo del 40%. Frente a esa realidad, su supervivencia financiera es muy precaria y están sujetos a los recursos de accionistas y la flexibilidad de los bancos que los financiaron.
Lo realmente importante en la medición de ocupación hotelera del sector no es la ocupación porcentual de habitaciones, sino valorar el rendimiento financiero de un establecimiento. El Revenue Per Available Room (RevPar) es la fórmula más importante para establecer el rendimiento financiero semanal, mensual y anual de un hotel por habitaciones disponibles.
Otro tipo de medición es el Market Share, que establece la participación hotelera en el mercado. Este valor es el resultado de calcular la venta de un producto ofertado por una empresa en comparación con las ventas totales del mercado en el que participa y es obtenido de manera porcentual. Mientras hay hoteles con 128 habitaciones disponibles que en un determinado día tienen ingresos por 2 mil 800 dólares, otros con 303 habitaciones reportan ingresos por 8 mil 500 dólares en un día, y los hay con menos habitaciones, pero registran ingresos diarios por 31 mil 500 dólares.
Al tema de la ocupación debe sumarse el comportamiento del turismo de cruceros. Las cifras de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) muestran que el número de visitantes en embarcaciones descendió de 147 mil 468 en el primer trimestre de 2015 a 104 mil 714 en el mismo periodo de este año. El retroceso histórico más marcado en la industria.
Gustavo Him, administrador de la ATP, reconoció que la inclusión de las empresas que conforman el Grupo Waked en la Lista Clinton podría afectar el turismo de compras por las reconocidas marcas internacionales que representa ese holding. El turismo de compras generó mil millones de dólares entre enero y abril de este año.
Him dijo que sus metas al frente de la ATP son posicionar una marca país, mediante una campaña internacional de promoción turística; lograr la llegada de tres millones de turistas en 2019, y tener funcionando el Fondo Nacional del Turismo (Fonatur), en una alianza entre el sector público y la empresa privada involucrada en la industria.
Por el momento, el Consejo Nacional de Turismo (CNT) administrará, durante dos años, 20 millones de dólares para una campaña de promoción de Panamá en el exterior, que deberá adjudicarse en este mes a una agencia de prestigio internacional. Hay consenso en que en un futuro cercano los fondos para la promoción del país salgan del control actual de la ATP y sean administrados por el Fonatur. Esta figura ya existe en la ley que creó la ATP y solo falta la decisión del Ejecutivo para hacerla funcionar.
La propuesta de activar el Fonatur cuenta con el apoyo de la industria turística. Lo que corresponde es que todos los sectores involucrados –la ATP, el CNT, la Camtur, la Apatel, la Aprotur, la Apede y la Cámara de Comercio y Agricultura de Panamá– trabajen en una propuesta que asegure contar de ahora en adelante con una estrategia y fondos de promoción internacional de largo plazo, consistente, sostenida y bien enfocada.
