A partir de una conferencia dictada por el rabino Gustavo Kraselnik para docentes del Colegio Isaac Rabin sobre “el judaísmo más que una religión”, se me viene a la mente un sinnúmero de ideas sobre este planteamiento a saber.
Para tener una panorámica general y comprender la progresión del judaísmo, debemos partir de una historiografía basada en la evolución de las cuatro principales tradiciones del judaísmo: yahvista (siglo X antes de nuestra era), elohista (siglo IX–VIII), deutoronomista (siglo VIII–VII) y sacerdotal (siglo VII–III), voy a hacer hincapié en esta última tradición, ya que a partir de aquí el judaísmo se forma como una religión con signos propios que difieren del resto de las creencias que se daban en el cercano oriente: la circuncisión que viene siendo el introito a una vida religiosa; sabbath, día dedicado a la divinidad; sinagoga, lugar de encuentro para las actividades propias de la religión; La Ley o Torá, normas religiosas que regulan las actividades de los hombres.
De una u otra forma todos estos acontecimientos influyen no solo en el avance propio del judaísmo, sino que repercuten en otras concepciones religiosas, como sería el caso del cristianismo.
Ahora bien, dentro de las tres grandes tradiciones semíticas –proféticas (judaísmo, cristianismo e islamismo), quiero destacar de esta antiquísima civilización, el vivir ético en comunidades, centrándose en tres aspectos fundamentales que deben marcar nuestra forma de vida y están expresados en su tradición escrita:
1. Árbol de la vida, del bien y del mal (Génesis 2,9), aquí se puede notar la trascendencia de la ética (los valores éticos no dependen de nosotros, sino que nos trascienden).
2. Hacer justicia al oprimido -anawin (Jeremías 22,3) y la prevalencia de la paz sobre la guerra “… De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas”. (Isaías. 2,4).
3. El modelo del ser humano ético: Salmo. 14; aquí notamos el culmen de la ética del judaísmo y que de una u otra forma confluye en la ética cristiana y occidental.
No cabe duda de que el pueblo judío sigue trascendiendo a través de la historia, a pesar de las adversidades propias de cada época; y hoy más que nunca se percibe el avance en la ciencia, la educación, la cultura, la tecnología, la economía, etc.
Ojalá en nuestra sociedad (Panamá), podamos emular o encaminarnos a la mentalidad de cientos de hombres y mujeres que a través de los tiempos han sabido ser ejemplo de ahínco y perseverancia, mostrando solidaridad hacia la humanidad en un sinnúmero de avances tanto en el ámbito de la ciencia como en su forma de vida, como es el caso del líder judío ya desaparecido y ganador del premio Nobel de la paz: Isaac Rabin.
