En mis años de maestra, el proyecto que todos mis alumnos esperaban era la creación de la tienda escolar. Nada superficial, la tienda que creaban tenía estructura administrativa, productiva, contable y de mercadeo, publicidad y ventas; los chicos eran accionistas y al final repartían dividendos, y a veces, sufrían pérdidas.
El proyecto tuvo sus raíces en mis experiencias informales de niña. Por momentos, vendí marañones curazaos y limones en un stand improvisado en la acera de mi casa, dibujos para decorar cuadernos a mis compañeras de salón, y hasta periódicos como canillita desde mi motoneta en Coronado. Estas vivencias sentaron mucho de mi entrenamiento que he usado, ahora adulta, en mi trabajo.
Este tipo de experiencias las he visto repetidas innumerables veces hoy día. En mi barrio he visto niños vender brownie casero con helado, duros, raspados, paletas, galletas y hasta la clásica limonada.
A los pelaos les encanta ser empresarios. Usted como padre puede darles una manita para organizarse y crear su propio negocio en casa, excelente proyecto para los largos días de vacaciones escolares.
Un negocio debe implicar, en el mejor de los casos, un trabajo grupal; en la vida real es vital la interrelación entre personas. El grupo no debe estar compuesto de más de 4 chicos para un mejor funcionamiento y organización. El grupo debe decidir el producto por vender; usualmente lo que tiene menos posibilidades de falla es algún tipo de goodie , como galletas, dulces, o algo similar. También deben decidir cómo y dónde lo venderán, y que nombre tendrá el producto si aplica.
Ayúdelos a calcular el costo de producción y el margen de ganancia que deben tener, que usualmente es el doble de lo que cuesta fabricarlo. El grupo debe manejar una contabilidad simple, con gastos e ingresos incluidos. Esto se hace, pues, la idea en todo negocio es producir algo de dinero, y su producto debe recuperar los gastos de la inversión original y además producirles una ganancia. Esto es vital para el aprendizaje a largo plazo. El dinero de la inversión original puede provenir del grupo mismo o usted lo puede prestar, con un conveniente interés del 1-2% para que aprendan cómo funcionan los préstamos en la banca.
Luego viene la compra de la materia prima y la hechura del producto, que siempre es cosa divertida. Asegúrese de que los operarios se recojan el cabello, se laven bien las manos y trabajen sobre superficies limpias. Luego empáquenlo apropiadamente.
Entonces llega el momento de la venta. Deberán escoger dónde y a quién ofrecerán su producto: familiares, amigos, y en cuanto a lugar, un stand , en el barrio, en un parque o en la escuela (si lo permite). Discutan la posibilidad de anuncios en cartulina, brochures promocionales, etc. No olvide que la seguridad es importante; reclute a algunos adultos que acompañen al grupo en la venta.
Algo de entrenamiento de preventa es importante. Recuerde a los vendedores que sonrían siempre, que ofrezcan activamente pero en forma educada el producto, y siempre den las gracias a los clientes por adquirirlo.
Aparte de crear productos, los chicos también pueden ofrecer sus servicios por una módica suma. Entre aquellos que funcionan en nuestro país están los siguientes:
· Lavar carros · Pasear/cuidar mascotas · Regar plantas por motivo de viaje del vecino · Cortar yerba · Cuidar niños (babysitting ) · Maestro de computadoras
