Se habla de democracia representativa, de democracia participativa y de democracia deliberativa; los ideólogos de izquierda y derecha hacen fiesta con los términos.
Yo prefiero aplicarlos a situaciones concretas, en vez de a teorías dogmáticas sin sentido.
Lo que ha ocurrido con la legislación de la Caja de Seguro Social es para mí un ejemplo claro de lo que es la democracia deliberativa (deliberar es discutir, debatir y decidir). Se había aprobado una ley usando puramente la democracia representativa. "Me eligieron para mandar. Tengo la representación legítima del pueblo... así es que mando, doy el madrugonazo a través de la Asamblea representativa del pueblo y allí les va la Ley 17". Hubo reacción popular. Los mismos que los eligieron dijeron "no". Se perdió la gobernabilidad. Los de la democracia representativa tuvieron que recular e iniciar un proceso participativo de democracia deliberativa. Llamaron a los representantes de todos los grupos mayormente afectados, se dio un debate en un contexto estructurado y colaborativo, se dio la necesaria información, se escuchó una pluralidad de opiniones con claros límites de tiempo para lograr decisiones… y usando el instrumento de la democracia deliberativa se logró una ley aceptable y mucho mejor. Se lograron decisiones informadas y juiciosas en un tiempo razonable. En el proceso se ha salvado la institución de seguridad social más importante de la Nación, que iba hacia una quiebra segura dejando desamparada a la población más vulnerable, y produciendo una catástrofe económica y financiera en el país. Hemos logrado lo que muchos países en el mundo (incluidos los más poderosos y ricos) no han podido lograr porque insisten en usar solo la democracia representativa y no la deliberativa.
El proceso de democracia deliberativa tiene un sinnúmero de importantes ventajas. Produce mejores decisiones debido a que en la discusión los problemas se van redefiniendo y produciendo nuevas propuestas de solución. Segundo, el proceso deliberativo amplía la legitimidad de las decisiones debido a que no son las de un solo individuo sino de una pluralidad de personas, algunas de las cuales no estarán de acuerdo con las decisiones (Frenadeso) pero que no pueden con eficacia objetar la legitimidad del proceso deliberativo. Tercero, la deliberación fortalece las virtudes cívicas de la sociedad porque le enseña a la gente a escuchar, a ser más tolerante y a construir confianza entre sectores, incluso aquellos tradicionalmente adversos. Que no se confunda la deliberación con la "consulta"… palabra que ha sufrido de amplio abuso en el campo político. Consulta es lo que el Gobierno dijo haber hecho previo al madrugonazo. No. Consulta es la palabra mal usada para evitar la participación y deliberación.
Cuando la democracia deliberativa funciona bien - dice Ginsborg - es el mecanismo crucial que conecta la participación con la representación. Nunca reemplaza la democracia respresentativa, producto de la votación popular.
Nunca niega ni disminuye a los elegidos sino que enriquece la gobernabilidad. Que este ejemplo nos sirva para todas las grandes decisiones que requiere nuestro futuro como Nación.
El autor es presidente de la Fundación para la Libertad Ciudadana
