Fraude y mala conducta en un contrato de consultoría financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fue denunciado por Steve Worth, presidente de la empresa estadounidense Plexus Consulting Group.
Según reporta Martin Edwin Andersen de la revista Insight in The News del Washington Post en su edición que saldrá el próximo 10 de diciembre, la empresa Plexus Consulting Group y la Ernst & Young, se adjudicaron un contrato de 700 mil dólares de gerencia y servicios de contabilidad con la Ciudad del Saber, situada en la antigua base de Clayton en Panamá.
Sin embargo, dice Worth a Insight in The News, que al llegar a Panamá para cerrar el contrato, le notificaron que había una nueva condición.
Tenía que poner un bono personal de hasta 100 mil dólares para garantizar el trabajo. No teníamos ninguna opción en cuanto al agente de bonos que tuvimos que utilizar, dijo Worth, pero fueron dirigidos a Fernando Eleta, un conocido exdiplomático panameño y amigo de varios miembros del personal del BID, quien fungía como dueño parcial.
Worth señala que aunque esto es un requisito inusual, convino, porque el lenguaje del contrato especificaba claramente, que mientras el informe fuese entregado la compañía recibiría su pago y la obligación del bono cesaría.
Cuando el reporte de Ernst & Young fue entregado a finales de marzo, la Ciudad del Saber rehusó a pagar los honorarios y los costos incurridos hasta ese entonces, tal como estaba requerido en el contrato, acotó Worth.
Siendo una firma pequeña, y después de gastar más de 200 mil dólares en honorarios, reporta la revista Insight, Worth trató de salvar la situación sin un pleito legal, motivo por el cual, Plexus desechó a Ernst & Young y empleó a otro socio con un costo adicional.
También aceptó un recorte de 230 mil dólares en su contrato original, el cual fue cargado con aumentos significativos. Esencialmente, el contrato original de Plexus con la Ciudad del Saber por 700 mil dólares fue reducido a 372 mil dólares por una carga de trabajo más pesada, un requisito del bono y pagos que a Plexus se le ordenó dividir entre el contratista y el nuevo subcontratista, indica Worth.
Según el articulista Andersen, las pesadas cargas financieras, debido a los costos, que incluye una factura de 18 mil dólares para Eleta, y el no pago de los panameños, forzaron a Worth a hacer un préstamo de 75 mil dólares.
Luego Worth contactó a William Taylor, auditor general del BID, para quejarse de prácticas antiéticas o fraudulentas de las cuales Plexus había sido víctima.
El 16 de septiembre, explica Andersen, la Oficina Comercial de enlace de Estados Unidos en el BID, recordó que la oficina de Taylor había prometido hacer de la disputa una alta prioridad.
A todo esto, dice Andersen, Miguel E. Martínez, director del BID, trató de limitar la exposición del banco, uno de los mayores financistas de proyectos de infraestructura, por una posible demanda contra él.
La Prensa trató de entrevistar a Eleta en Washington, pero no contestó los mensajes que se le dejaron.
Esta es la corrupción más evidente que he visto, dijo Worth. El logo del BID está en cada aspecto del proyecto, ellos lo apoyaron y lo financiaron. ¿Cómo pueden decir que no son responsables por esto?
