Isaac Misael Rodríguez
En los tres primeros meses del actual gobierno, he leído sobre los esfuerzos que realiza el prestigioso cantautor, hoy director del Instituto Panameño de Turismo, con rango de ministro de Estado, Rubén Blades, tanto en Europa, como en otras regiones para hacer de nuestra patria un lugar adecuado para el desarrollo del turismo. Industria que por las experiencias de otras latitudes deja un grueso de ingresos a la población, adecuadamente distribuida y sin mayores riesgos de contaminación; propósito que aplaudimos y que orientamos a todas las fuerzas que participan en el devenir político a apoyar, sin que nuestras diferencias hagan golpear mas la crisis económica que existe en la población y que no se puede ocultar.
Sin embargo señor ministro, hay cosas que se tienen que corregir lo mas pronto posible, con una adecuada acción del Gobierno y la empresa privada:
1. Panamá como destino: Las líneas aéreas que realizan vuelos en la región, aun la nuestra con orgullo, COPA, proponen un conjunto de ofertas hacia otros países con costos bajos y cuando se trata de nuestra Patria como destino final, el valor del boleto se duplica y hasta triplica. Aún es mas barato, viajar entre dos países haciendo escala en Panamá, que el rumbo final sea nuestro territorio.
2. El abandono a las rutas y líneas aéreas: Hace 20 años, Panamá era un punto de convergencia y atractivo, para las rutas y líneas aéreas, mermadas por nuestras disputas internas que concluyeron con una invasión y que luego se hizo muy poco para recuperar lo que existía. Hay que desarrollar la publicidad externa con vitalidad y fortaleza, exponer al mundo lo que somos; pero atrevernos a conquistar también a mercados no tradicionales y no depender siempre de los mismos elementos que sin aprecio nos ven. El mundo de hoy, es competitivo y abierto, "buscando nuestro destino" y amigos, sin que nos los tengan que escoger.
3. El trato en las instalaciones aeroportuarias: Esta ha sido una queja continua que ha caído en saco roto. No se trata de indisponer, atacar, relajar o flexibilizar las normas de seguridad que deben existir en este tipo de recinto; se busca que todos efectúen su trabajo adecuadamente, aduanas, migración, policía, seguridad, hasta los agentes de la DEA, que sabemos que merodean el lugar. Pero que lo hagan con respeto, cumpliendo las leyes, sin coimear a los inversionistas y compradores, sin tratar de intimidar y manosear a las damas que ingresan; que exista coordinación entre las entidades representadas, decoro y personas que cuando hablen, se les sienta un tono de cordialidad y confianza, para que los turistas y comerciantes no se sientan víctimas de la delincuencia que ha extendido sus ramificaciones. Para ello, el personal debe ser seleccionado con mucho cuidado, capacitarlo y alejarlo de las presiones y espacios políticos.
4. Los costos de los productos de la zona franca: El atractivo de comprar en esta zona franca para nacionales y extranjeros ha decaído enormemente. El costo de un perfume, para citar un ejemplo, es de hasta 10 balboas arriba de lo que puede costar en Zona Libre de Colón, amén de los aparatos electrónicos. Tanto instalaciones, como costos tienen que mejorarse, de forma tal, que a los turistas y viajeros no se les tenga que halar hacia los establecimientos, como es característico en la Avenida Central, siendo una práctica local, a que no están acostumbrados en otras culturas.
5. La calidad de restaurantes y variedad: Estimulemos lo nuestro. Escasos y costosos restaurantes es lo que existe y no todos los que viajan o hacen escala, se encuentran saturados de dinero. Estoy seguro de que la cocina internacional es necesaria; pero igualmente pequeños expendios de variedad de la cocina panameña, a costos medios, serían bien apreciados, sin que se tenga que preparar en el lugar y así brindar fuentes de empleo a terceros.
6. La identificación del transporte selectivo: Los vehículos y personal que brinda este servicio tiene que estar totalmente identificado, enumerados los vehículos, registrados y coordinados con medidas de seguridad que sean efectivas. Los conductores adecuadamente vestidos, trato humano único, el vehículo en óptimas condiciones y libres de grasa, la policía en lugar de tomar notas y hacer preguntas tontas, debieran estar como mínimo tres patrullas en el recorrido del Corredor Sur, que es la ruta más común de los transportistas las 24 horas del día.
7. Los paquetes de turismo: Pareciera que en nuestro país creemos que nuestro paisaje de tierras altas es el atractivo mas apreciado de los turistas, como si en Suiza, Italia, Canadá y otros no existieran ese tipo de parajes. Ellos vienen a conocer nuestra cultura, pues llevémoslos a las provincias centrales, quieren ver a nuestros indígenas, el tipo de selva aún virgen, las aves, los congos de Colón, el sitio donde se crían nuestros cangrejos, los manglares, tantas cosas bellas que enumeraremos posteriormente, ya que se me terminó el espacio.
