LOS ANGELES, EU. Con la llegada el viernes pasado de Master and Commander a las pantallas estadounidenses, da comienzo la que será una larga temporada de epopeyas históricas contadas, por supuesto, a la manera de Hollywood.
Basado en las novelas de Patrick O'Brian, el drama naval protagonizado por Russell Crowe tiene lugar durante la época de las guerras napoleónicas, cuando Francia, España e Inglaterra se disputaban el control de los mares.
Una lección de historia basada en la ficción, pero que según los propios historiadores, es la reconstrucción más cercana de lo que podía ser la vida en los mares del siglo XIX.
"Me rodeé de artefactos de la época mientras trabajaba en el guión: espadas, hebillas, mapas, mástiles, con tal de atraer a las musas del pasado", explica el director de su elaboración cinematográfica.
Master and Commander: The Far Side of the World no está sola en este deseo de Hollywood de recrear la historia en sus pantallas, una meta avivada por éxitos como el de Gladiator, que hace dos años consiguió hacer de la Roma antigua una fuente de entretenimiento con la que recaudó 458 millones de dólares.
En concreto, el siglo XIX parece un pozo sin fondo del que han sacado sus ideas otros filmes que, como Master and Commander, tienen sueños de aspirar a alguna candidatura al Oscar.
Ese es el caso de The Last Samurai, protagonizada por Tom Cruise y que cuenta la historia de un veterano de la Guerra Civil estadounidense en medio de las luchas de "samurais" en el Japón imperial. En el caso de Cold Mountain, Nicole Kidman, Renee Zellweger y Jude Law se dan cita en otra película centrada en la Guerra Civil estadounidense.
Si en ambos casos los hechos no son reales, la atención al detalle de los libros en los que se basan las convierten en una vitrina hacia otros tiempos. Además, para el año entrante, la industria prepara otros épicos de otras épocas, como las dos versiones de Alejandro Magno, una de Baz Luhrmann y otra de Oliver Stone, la del general cartaginés Hannibal (Aníbal), con Vin Diesel como protagonista, y hasta las guerras entre griegos y troyanos con Troy (Troya).
"Lo que une todas estas historias es que por ellas no pasa el tiempo", ha indicado un representante de los estudios Miramax, partícipe tanto en Cold Mountain como en Master and Commander.
