No se trata de expertos pedagogos, son estudiantes que sufren a diario las dificultades del sistema educativo panameño.
Johnatan Barba es uno de ellos. El también participó de la sesión especial de la Asamblea Legislativa aquel 27 de octubre.
Barba estudia mecánica en el Instituto Tomás Alva Edison. Su queja es contra el Gobierno, al que exhorta a hacer algo urgente por las escuelas técnicas y vocacionales del país, toda vez que su infraestructura tecnológica está deteriorada y además es obsoleta.
El deficiente estado de talleres y edificios, afirma, influye en la pésima preparación del futuro técnico que, se espera, contribuya con el desarrollo del país.
Y la queja no es solo de Barba. Itzel Carrasco, quien estudia en el instituto Enrico Fermi, sostiene que pese a algunos intentos de cambios en el sistema educativo panameño que se han dado en los últimos años, la meta, una buena educación, no se ha logrado. Esto, a su juicio, obedece a que estos cambios no se ajustan a la realidad y a las exigencias actuales.
Carrasco cuestiona el modelo de enseñanza que prevalece en los salones: de profesor a estudiantes. Para ella, las clases deben ser interactivas, bidireccionales y no de una sola vía, es decir, que el estudiante tenga una participación más activa durante las clases.
Pero Carrasco agrega algo más a su planteamiento. Sostiene que los problemas del sistema educativo se han incrementado con la pérdida de valores en la sociedad y es por eso que hay estudiantes que no respetan a los profesores y viceversa.
Carrasco plantea que los métodos de enseñanza deben ser reestructurados, pero al mismo tiempo deben garantizar la excelencia en la educación.
Pero no todos tienen quejas contra los métodos de enseñanza pública. Japhet Linares, del Instituto de Marina Ocupacional de Panamá, por el contrario, tiene un consejo para sus compañeros estudiantes. Les dice que miren en otras direcciones, hacia los mares, por ejemplo.
Y es que Linares tiene buenos comentarios sobre la enseñanza que recibe en su alma mater. Dice que su colegio está preparando buenos marinos y oficiales mercantes, y prueba de ello son los jóvenes que han salido de ese colegio y hoy trabajan en naves bajo la bandera panameña y otras, tales como Royal Caribbean y Evergreen.
