Siento que parte de todos los panameños se desmorona; es como si nos quitaran un pedacito de nosotros, igual que a aquel quetzal que se irá planeando de estas tierras altas para nunca más volver, igual que aquella mariposa, como aquella fauna verde que ahora será insípida y descolorida, colindando con áreas sin sabor, estructuras indeseables y tierras inútiles y áridas al igual que aguas fangosas al pie de los ríos. ¿Que se está sobre reaccionando? Solo hay que voltear la página y mirar al desierto de Sarigua en Herrera.
No quiero unirme a los miles de artículos que han desfilado por estas páginas los cuales son proponentes de diferentes medidas. Aquí se necesita alguien con la suficiente credibilidad que tome la batuta en esta encrucijada. No es cuestión de capitalizar en los errores de la presidenta Moscoso, ni de usar esto como estrategia política, sino de defender lo nuestro, nuestro legado, nuestra tierra. Para mí es inaudito que la presidenta Moscoso, teniendo propiedades en Boquete, sea la proponente de esta idea tan nefasta de la carretera.
Todos sabemos el porqué de esta carretera. Los grandes hoteles, las tierras aledañas y artistas de cine es la respuesta. Los grandes hoteles esperan esta carretera para ser desarrollados y lo que se quiere es que el área sea percibida por proyectos transnacionales como factibles o viables para futuras construcciones, sin olvidar por supuesto la revalorización de todas las tierras aledañas, de las cuales ya sabemos quiénes son los propietarios. El sol no se tapa con un dedo y ya es maquiavélica la enfermedad de este gobierno y el no me importa yace en esa persona que solo espera el final de un mandato lleno de corrupción y desidia. No ha bastado con el CEMIS, el clan Onassis, los durodólares, el HP-1430, magistrados impuestos, Pedasí Country Club, y ahora un pedazo de lo nuestro.
Existe este grupito óseo, beligerante, enfermo al que no le importa el daño que pueda causar. ¿Dónde se esconderán después de mayo? ¿Qué cara le darán al país?
Yo sé lo que pasará.
Serán percibidos igual que Bunau Varilla, un desalmado que "alquiló" a los americanos un canal a perpetuidad solo por dinero, dándose así la más triste historia de nuestra vida republicana. Gracias al general Omar Torrijos Herrera hemos recobrado lo que era nuestro de sangre, pero ¿quién resarcirá el daño que está a punto de perpetrarse? Ahora no se trata de recobrar algo que era nuestro, sino de no arruinar algo que es nuestro. La similitud entre Bunau Varilla y la presidenta Moscoso es igual que vender una vía de acceso a intereses creados.
No hay diferencia. Ahora, después de cumplir nuestros 100 años de patria, la historia se repite en espiral; sí tras 100 años exactos.
Si Omar Torrijos viviera, su dolor fuera inmenso; un hombre que tanto amó la campiña de nuestra patria no podría ver cómo los que ostentan el poder hoy, hacen de esta tierra su finca privada. Así pues nuestro gobierno de turno pretende vender no una vía acuática, sino una vía terrestre. A cualquier costo.
Omar libró batallas con el imperio yanqui para recuperar lo nuestro, y creo que Omar desde el más allá ha encomendado a Martín para que trate de evitar este ocaso. El tiene la credibilidad, la metodología y sobre todo la humildad precisa para hacer conciencia. En verdad no se me ocurre mejor persona para salvarnos de caer en ese abismo que se avecina.
