Lope Félix de Vega y Carpio, mejor conocido como Lope de Vega (1562–1635), fue poeta, novelista y, según los entendidos, el más grande dramaturgo español. En casi todas sus obras aparecen la monarquía y la religión, aunque el verdadero protagonista es el pueblo. En su comedia Fuenteovejuna nos relata la injusta e indecente relación entre gobernante y gobernados.
Fuenteovejuna está bajo el dominio de Fernán Gómez, comendador mayor de la Orden de Calatrava, un hombre cruel y sin escrúpulos, que trata mal y explota a sus vasallos.
El pueblo ya está harto de las crueldades de su señor, que no hace más que fastidiarlos, ya sea reclutando jóvenes para sus guerras o deshonrado a sus mujeres, subiendo impuestos, haciendo más cara la comida, y esta es la gota que colma el vaso de su paciencia, así que deciden intervenir y matar al comendador. Para ello deciden asaltar su palacio, cosa que hacen a los gritos de “Vivan los reyes católicos” (¿Acá sería “viva la democracia?), y sin piedad acaban con él. Tras el asesinato, acuerdan no decir nunca quien lo hizo, sino decir que fue Fuenteovejuna.
Los reyes se enteran y mandan un pesquisidor a investigar los hechos y, a pesar de sus esfuerzos y de torturas, inclusive a niños, cada ocasión que preguntaba “¿Quién mató al comendador?”, siempre le respondían: “Fuenteovejuna señor”.
Nuestro pueblo es pacífico por naturaleza, aun cuando se les colme la paciencia y nunca llegaría a los extremos a los que llegó Fuenteovejuna. Decir lo contrario o auparlo, sería un clásico caso de “apología del delito”, y en eso no caeremos. Rechazamos toda forma de violencia, ya sea verbal o física... También rechazamos la impunidad, la persecución, la corrupción, la incapacidad gubernamental, la injusticia social, el alto costo de la canasta básica, el engaño político, la mentira, y la falta de palabra. Sin embargo algo que es evidente, y comentado en todos los rincones, es que tenemos la paciencia colmada... De ser Panamá, República de Panamá, este gobierno sin fin, nos ha convertido en Panamá, República del Escándalo.
Los que abogamos por la democracia, la institucionalidad, el respeto a la Constitución y a la República, observamos con vergüenza las violaciones, ya no a las mujeres de Fuenteovejuna, sino a toda ética, moral, derechos humanos, dignidad y leyes. Para más colmo ahora humillamos a Taiwan, y esta administración incapaz nos convierte en el hazmerreír de la diplomacia mundial... En los molinos de viento de la diplomacia se habla de intenciones ocultas en este paso en falso.
De fuentes conocedoras de las autoridades (establishment) norteamericanas, han comentado que el viaje de Juan Carlos Varela a Washington fue una invitación y no un capricho del vicepresidente... No han indicado si fue invitación del Senado o del Departamento de Estado... Lo que sí señalaron es que el tema que se trató fue conocer si el vicepresidente estaba dispuesto a sacrificar su posible candidatura a la Presidencia en 2014 y asumir la Presidencia del país, desde ya... El silencio de las autoridades norteamericanas, llámese Senado o Departamento de Estado, sobre los temas tratados con el vicepresidente me hace suponer que hay algo de cierto en los comentarios que me hicieron... Lo que sí se conoce es lo que el vicepresidente habló en la Organización de Estados Americanos, gracias a nuestro diligente representante.
El imperio conoce de las interioridades e intimidades de nuestros gobernantes, con mayores detalles que los propios panameños. En otras épocas de crisis, de doloroso recuerdo, a los autoritarios del momento se les ofreció alternativa, incluyendo exilio dorado en España, con el disfrute de su fortuna mal habida. Hubo otras señales, pero desatendieron todas. La historia nos enseña que nada aprendemos de ella. Así lo percibo, así lo escribo.