Aunque lo más probable es que el demócrata Al Gore no sea candidato a la Casa Blanca, su cruzada contra el calentamiento global contribuyó a situar la cuestión ambiental entre los principales temas de la campaña presidencial estadounidense. El cambio climático nunca estuvo en la agenda política de Estados Unidos, y eso que se trata del país más contaminante en materia de gases de efecto invernadero. Pero las cosas parecen estar cambiando, dado que los pre-candidatos para 2008, especialmente los demócratas, tienen planes sobre medioambiente y energía, trayendo a la superficie el tema del calentamiento global.
El ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore ha ido desgranando las desgracias que se nos avecinan de no actuar contra el fenómeno del calentamiento global: inundaciones, sequías, especies extinguidas, movimientos de población, etc. Cargado de todo tipo de abrumadores datos, el abanderado de la lucha contra el fenómeno ha ido convenciendo al mundo que de no tomar cartas en el asunto, nos enfrentamos a una hecatombe mundial. Pero no todo han sido imágenes para la desesperanza, afirma, "Tenemos las armas para luchar, lo que nos falta es compromiso. Es un desafío generacional. Podemos ser recordados como la generación autodestructiva y egoísta que no fue capaz de actuar o como la que demostró que es capaz de hacer lo que hay que hacer".
Albert Arnold Gore, de 59 años de edad, ex vicepresidente de EU, ha adquirido mucha notoriedad y fama, todo por cuenta de su mensaje en torno a los peligros que se ciernen sobre la humanidad por el fenómeno del cambio climático, cada vez más agudo y acelerado. En su autorizado concepto, "el avance del calentamiento global y su efecto amplificado constituyen la crisis más peligrosa que nosotros hayamos encarado". El presidente de la Comisión del Premio Nobel de la Paz, al hacer entrega del mismo, manifestó que con ello el organismo estaba agregando una "nueva dimensión" al premio, al destacar la salud del planeta, dado que su relevancia para la paz será cada vez más patente. Los integrantes de la comisión estaban advertidos de los interrogantes que suscitaría el otorgamiento del premio a un caracterizado líder ambientalista entre quienes no ven la relación que pueda guardar con la promoción de la "fraternidad de las naciones", que es la razón de ser del mismo. Por ello, y con el fin de salirles al paso a sus críticos, se adelantaron a advertir que "con el paso de los años, quizá parezca que no fue una tontería centrarnos en el medio ambiente, como lo hicimos con los derechos humanos". Con este nuevo éxito, Al Gore sube al estrellato, justo cuando está pasando por su mejor momento; ya dejó de ser visto como el político perdedor, aburrido y pedante, que se dejó quitar la Presidencia de Estados Unidos, luego que Bush le metiera un recordado ¡chocorazo¡ Fue el candidato que más votos obtuvo, sin embargo, su oponente republicano ganó en número de compromisarios. Muy importante para este resultado fue que Bush obtuvo oficialmente unos cientos de votos más en Florida, estado clave para el recuento por lo ajustado de los resultados. A pesar de todo, tras unas semanas de sucesivos recuentos y apelaciones judiciales, Gore desistió y reconoció a Bush como ganador.
De allí en adelante se concentró en difundir, en el mundo, todo sobre el calentamiento global. Fue capaz de poner de manifiesto el carácter transversal del medio ambiente en el frágil mundo global que habitamos. Como él mismo dice: "Es un reto a la imaginación moral de la humanidad aceptar la realidad de la situación que estamos enfrentando". Después de advertir que no estamos acostumbrados a pensar en una emergencia planetaria, él se resiste a creer que, "como seres humanos, podríamos estar en el proceso de destruir la habitabilidad del planeta para nosotros mismos", pues no hay nada en nuestra historia previa como especie que nos permita imaginarlo.
Bien merecido este premio y ojalá sirva para sensibilizar a la humanidad entera en torno al peligro que nos acecha el drástico y devastador calentamiento global y se persuada de la necesidad de actuar pronta y diligentemente para conjurarlo, antes de que sea demasiado tarde.
