PARIS. Soñaba con viajar a la Luna, al centro de la Tierra y a las profundidades del mar. Los hombres inventaron aparatos para volar, bucear y nadar, y con ello hicieron realidad gran parte de sus visiones.
En 1955, el primer submarino atómico atravesó el Polo Norte, y en 2002, Steve Fossett fue el primer hombre en dar la vuelta al mundo en globo en solitario.
Más de un siglo después, cuando las conexiones en directo con la estación espacial internacional forman parte de la vida cotidiana, los sueños de Julio Verne no perdieron nada de actualidad y fascinación.
Las visiones del escritor francés, que nació hace 175 años, el 8 de febrero de 1828, en Nantes, cerca de la costa atlántica, siguen despertando las ganas de aventura y la curiosidad por mundos desconocidos, no importa en qué siglo se esté.
Los sueños del submarino Nautilus y del dirigible Albatros convirtieron a Julio Verne, que murió el 24 de marzo de 1905, en un escritor de importancia literaria mundial.
Con sus relatos del país de las fantasías, en el que la ciencia y la tecnología dominan el mundo, desarrolló un nuevo género literario, el de la novela de ciencia ficción.
Sus obras como La vuelta al mundo en ochenta días, Los hijos del capitán Grant, Dos mil leguas de viaje submarino y La isla misteriosa siguen siendo reeditadas y leídas una y otra vez.
El impulso industrial de la segunda mitad del siglo XIX y los muchos descubrimientos científicos e inventos hicieron surgir una fe en el progreso que se refleja en la mayoría de los libros de Verne.
Así surgió De la Tierra a la Luna en un momento en el que en Estados Unidos terminaba la Guerra Civil y en el que la propuesta de fabricar un cañón gigante con el que enviar un proyectil a la Luna desató un entusiasmo increíble.
En realidad, Julio Verne hubiera debido ser abogado como su padre, pero los estudios de derecho no lo divertían mucho. La literatura por encima de todo, porque sólo en ella puedo aportar algo, porque mi espíritu está fijado irrevocablemente en ese punto, escribió Verne a su progenitor.
Tras dejar sus estudios, Verne escribi´ó dramas. Sin embargo, el éxito como escritor lo logró recién cuando un amigo suyo falleció en un accidente con un globo aerostático y él escribió a continuación Cinco semanas en globo. La novela fue publicada en 1863 con gran repercusión.
Los viajes de Verne desde el fondo del mar a la Luna se tradujeron a más de 140 idiomas. No sólo porque fascinan sus aventuras en la lucha contra los poderes de la naturaleza, que aparecen como enormes tormentas o espantosos monstruos marinos, sino porque los cohetes estadounidenses siguen despegando de allí donde Julio Verne hacía construir sus cañones gigantes y el primer submarino significativamente llevó el nombre de Nautilus.
