BERLIN, Alemania (EFE). Tres hermanos alemanes que aseguran que son hijos naturales del heroico aviador estadounidense Charles Lindbergh quieren someterse a una prueba de ADN para probar su relación filial con el pionero de los vuelos transatlánticos.
Estamos dispuestos a una prueba de ADN, dijo ayer en Münich Dyrk Hesshaimer, quien asegura que, al igual que sus hermanos David y Astrid Bouteuil, fue engendrado por Lindbergh, el que supuestamente mantuvo una larga relación sentimental con su madre, la sombrerera alemana Brigitte Hesshaimer.
Nosotros mismos buscaremos que se realice la prueba, ratificó el portavoz de los tres hermanos, Anton Schwenk.
Pese a que los Bouteuil quieren probar su relación con Lindbergh, aseguran que no quieren reclamar su herencia.
Respeto la voluntad de mi padre, dijo David Hesshaimer en su primera aparición pública desde que el diario Süddeutsche Zeitung reveló la semana pasada la supuesta relación de los tres hermanos con el mítico piloto.
Lindbergh fue el primer piloto en atravesar en solitario el Atlántico, en 1927, en un vuelo de Nueva York a París que lo convirtió en héroe nacional en Estados Unidos.
La hazaña se glorificó en sellos de correos, libros y películas de cine y televisión, la más famosa de ellas The Spirit of St Louis nombre del avión utilizado para el histórico vuelo, dirigida en 1957 por Billy Wilder y en la que James Stewart encarnaba al protagonista.
El aviador, que murió en 1974, tuvo seis hijos con su esposa Anne Morrow.
Astrid Bouteuil aseguró que a ella y a sus hermanos se les ocultó durante muchos años la verdadera identidad de su padre, que bajo nombre falso solía visitarlos varias veces al año por períodos de hasta dos semanas.
Bouteuil, sin embargo, sabía que su padre había publicado libros y, al querer buscarlos muchos años más tarde, no encontró en ninguna parte el nombre con el que se presentaba Lindbergh cuando los visitaba.
Luego encontró fotos de Lindbergh en revistas y lo identificó como su padre.
Una vez se descubrió el secreto, Brigitte Hesshaimer le prohibió a sus hijos hablar de la identidad de su padre mientras ella estuviera viva.
Tras la muerte de la madre hace dos años, los tres hermanos decidieron romper su silencio, y quieren escribir un libro sobre las experiencias que tuvieron con su padre durante su infancia.

