El auge inmobiliario de proyectos de lujo empieza a mostrar signos de fragilidad que hacen sonar las primeras alarmas. Primero fue la estrepitosa interrupción de dos edificios que prometían estar entre los más altos de América Latina, pero que ahora no serán más que una linda maqueta para el recuerdo o un llamativo anuncio promocional ya expirado en revistas nacionales e internacionales.
Hoy, la Asociación de Corredores de Bienes Raíces se reunirá para analizar una posible explosión de la burbuja inmobiliaria de proyectos de alto perfil.
Pero, más allá de los compradores e inversionistas desilusionados, está en juego la imagen y credibilidad del sector inmobiliario panameño. En los últimos años, Panamá ha estado en cuanta feria y evento internacional ha sido invitada, promocionando espectaculares y suntuosos proyectos. Toca ahora hacer una pausa para intentar frenar la especulación antes de que sea demasiado tarde y se corra la voz de que somos un país de filibusteros y aventureros, traficantes de meras ilusiones inmuebles.