Panamá es uno de los pocos países que posee hermosas playas que ofrecen distintas opciones para los turistas: algunas tienen poca agua o son muy profundas, otras cuentan con grandes o pequeñas olas, arena blanca o negra, playas con corales o sin fondo rocoso; no obstante, este potencial turístico que poseen nuestras playas puede verse reducido por efectos de la basura marina que las contamina y le dan un aspecto desagradable.
Las fuentes terrestres y los desbordamientos de alcantarillados, representan el 80% de la basura encontrada en nuestras playas y otros afluentes de agua, lo que afecta la salud pública, el turismo, la industria pesquera y la vida marina. Existe información de especies que han muerto o han sido lastimadas por desechos que llegan al mar, por ejemplo, tortugas marinas, ballenas, delfines, tiburones, corales; y son estas especies las que encabezan las listas de los atractivos naturales más buscados por los turistas. Ellos están dispuestos a pagar por ver en su hábitat natural a una tortuga desovando, una ballena nadando con su cría o a un grupo de delfines jugueteando en el mar.
En el caso particular de la tortuga marina, cuando se aproxima a una playa a desovar hemos apreciado cómo la basura acumulada en la arena le impide recorrer la playa hasta encontrar el sitio adecuado donde depositar sus huevos. En ocasiones se han retirado o han dejado los huevos en sitios muy cercanos a la línea de la marea alta, donde al subir el nivel del mar arrastra los huevos y se pierden. En otros casos la tortuga es más persistente y trata de subir la playa evadiendo restos de vidrio, aluminio, jeringas, sogas y otros deshechos que le ocasionan laceraciones en su piel.
La basura puede afectar en muchas formas a la vida marina, desde ocasionarles la muerte por ingestión de alguno de estos desperdicios, hasta hacerse daño con productos tóxicos y aguas contaminadas que se vierten al mar. Lo cierto es que cada año incrementa el número de personas en la tierra y eso representa mayor demanda de productos manufacturados y empacados que luego se convierten en basura sólida no-biodegradable que llega a nuestros ríos y mares.
Es el momento de hacer algo para evitar que este problema continúe afectándonos directamente. Cada uno de nosotros necesitamos asumir nuestra responsabilidad ambiental y motivar a otros a para realizar un manejo adecuado de la basura. Algunas de estas acciones que podemos poner en práctica en nuestras casas con nuestras familias y amigos son: depositar la basura de forma adecuada, adoptar buenas prácticas de consumo, reciclar, reutilizar, participar en las limpiezas de playas y motivar a otros.
