Un nuevo cargamento de armas de guerra, que incluía fusiles AK-47, lanzagranadas y material explosivo ruso, que presuntamente iba a ser canjeado por droga, fue decomisado en la capital en un operativo que terminó con la captura de un colombiano y un panameño.
El material bélico requisado consiste en cinco fusiles AK-47, tres lanzagranadas RPG con mecanismo de disparo de nueve granadas de 40 mm, 59 cargadores de AK-47, tres bolsas de canana para ametralladoras, 15 cajas de municiones para AK-47.
Además se decomisó tres paquetes de propulsores de granadas de AK-47, 100 barras de explosivo TNT ruso, un rollo de mecha lenta color blanco, cinco rollos de detonantes color rosado, 127 detonantes no eléctricos de cobre y 10 detonantes eléctricos de aluminio.
Carlos Barés, jefe de la Policía Nacional, declaró que este cargamento de armas fue encontrado dentro de un taxi tipo pick-up color blanco, cuando transitaba con dos personas a bordo por la Vía Fernández de Córdoba.
Añadió que la Dirección de Información e Investigación Policial (DIIP) de la Policía había recibido una llamada anónima en la cual se denunció la presencia del material bélico.
El armamento estaba envuelto en papel periódico, dentro de bolsas negras. Los detenidos son un panameño de 24 años de edad de apellido Méndez y un colombiano de 40 años de apellido González.
Barés dijo que este cargamento procedía de Centroamérica, sin especificar de qué país, y agregó que el mismo tenía como destino final Colombia.
Detalló que la nueva modalidad de algunos grupos de los traficantes de armas es la de canjearlas con narcotraficantes colombianos por droga, en vez de venderlas por dinero en efectivo.
Los estamentos de seguridad nacional han comprobado que los últimos cargamentos de armas incautados en Panamá procedían de los desmantelados contras nicaragüenses y que luego estas armas eran transportadas en furgones por todo Centroamérica, camufladas con verduras o licores, para luego introducirlas a suelo panameño donde eran embarcadas hacia la guerrilla colombiana.
El 24 de junio del 2000 las autoridades decomisaron 60 fusiles, entre AK-47, M-16 y Galil israelíes en la embarcación colombiana Cherokee Arrow, anclada en el puerto de Coco Solo en Colón.
Un mes antes se habían incautado de otro lote de 10 fusiles AK-47 y 56 mil municiones en un pick-up estacionado cerca de este mismo puerto en el sector Atlántico.
Mientras que una de las operaciones más exitosas de decomiso de armas de guerra se realizó en septiembre del 2000, cuando fueron requisados unos 500 fusiles AK-47, 25 ametralladoras, 30 lanzagranadas, 10 mil municiones y mil kilos de explosivo plástico, y fueron detenidas 20 personas, entre panameños y colombianos. Todo estos cargamentos tenían como destino final la guerrilla colombiana y los mismos procedían de Nicaragua y El Salvador.

