Si en una comedia de enredos usted combina el sexo, la polítiquería criolla y diversos prototipos humanos, el resultado es una risa segura. Ahora bien, si esa fórmula es manejada por uno de los directores panameños que, en cuanto al gusto del público, se las sabe todas, el resultado es extremo: ataques de risa.
Daniel Gómez Nates contrataca con Cuatro damas en mi cama , hilarante montaje teatral que se presenta en el Teatro ABA hasta el 1 de junio, y en el que no pretende hacer concesiones con el público: ¡o te ríes, o te ríes! Su avanzada la conforma el equipo de siempre: Elizabeth Vargas, Neysa Ferguson, Lourdes Gómez, Manolo Madarnaz, Sheyla Winner, Masha Armuelles y Javier Ballesteros; incluyendo esta vez a noveles teatristas como Larry Díaz y Katherine Solís.
La historia es sencilla: Una señora de "bien" decide resolver su frigidez con una receta que le recomendó su hermana: conseguirse un amante. Lo malo, fue que la incauta "bien mandada" no sospechaba que la pildora venía con defectos de fábrica, situación que genera un caos inmensurable en el hotel donde perpetraba su infamia. Alrededor de ella convergen personajes en los que ella cree poder encontrar la solución, pero ellos solo logran agravar la situación. Persecuciones, puertas que se abren y cierran sin control, personajes que se esconden tras ellas, verdades a medias, tontos útiles: elementos inseparables de una comedia de enredos pura y llana, y sin mayores pretensiones.
Gómez Nates es honesto con él y con el público, por cuanto acepta que en Cuatro damas en mi cama apela a la risa fácil. No hay problema con eso, es diversión pura y dura, y el director logra su cometido por cuanto la audiencia no para de reírse y pasa un buen rato. Sin embargo, este texto, del dramaturgo mexicano Jorge Muñiz, da para más. Este director y profesor panameño es fiel a sus raíces, ya que aún buscando ofrecer divertimentos, no se separa de la crítica social que lo caracteriza.
La comedia en mención pone al descubierto la frágil estabilidad de la burguesía política latinoamericana, condenada a vivir de la cosmética apariencia y altamente perturbada por el qué dirán. Perdón, ¿qué digo? Es mucho más que eso. Cuatro damas en mi cama expone a mujeres insatisfechas, unas sexualmente, otras socialmente, y otras que simplemente demandan amor y se refugian en el alcohol. Todo a partir de un detonante simple, un problema marital, que en vez de ser resuelto de forma civilizada, es curado a medias por una simple "curita" que jamás permitirá una adecuada cicatrización.
La banalidad y frivolidad del ser humano se pone en evidencia a través de las salidas extremas que encuentran los personajes, gestadas únicamente en la mente de personas que se han encerrado en su propia realidad.
Es allí donde el trabajo de Gómez Nates toma fuerza. El, generalmente, trabaja con prototipos humanos muy bien definidos y fáciles de reconocer -estereotipos sociales, para ser exacto- y los infla a su máxima expresión, ridiculizándolos o caricaturizándolos. De esta forma, el público logra identificarlos claramente sin "encariñarse" o tomar partido por uno u otro personaje.
El elenco, actores y actrices de trayectoria, le sigue el juego al director, y a portan su talento e ingenio presentando personajes creíbles y muy divertidos. Al final de cuentas, y luego de tanto filosofar, solo queda reconocer que es una comedia divertida y entretenida, con ciertos valores agregados, y que sin duda usted la disfrutará.
