Hay algunas especies de luciérnagas que imitan las señales de luz de las parejas de otras especies, para atraerlas y comérselas.
¿Cómo producen luz estos animalitos? Este proceso de bioluminiscencia implica tres sustancias que reaccionan en presencia de oxígeno para producir luz química: una molécula llamada luciferina, una enzima llamada luciferaza y la molécula de energía común a todos los organismos conocida como adenosina trifosfato (ATP). Las luciérnagas brillan cuando la enzima luciferaza reacciona con la molécula luciferina, creando un compuesto de gran energía y corta vida. Esta reacción solo ocurre en presencia de oxígeno y ATP. El compuesto de gran energía inmediatamente vuelve a su estado de baja energía, causando la emisión de un fotón de luz. Todo el proceso toma lugar en un órgano especializado del abdomen de la luciérnaga, y en fracciones de segundo. Además, bajo el abdomen, las luciérnagas poseen una superficie reflectante que aumenta la intensidad de la luz. Macho y hembra emiten luz fría: luz que es tan solo luz (en comparación, un bombillo eléctrico expresa como luz el 10% de la energía mientras que el restante 90% se pierde como calor).
Las luciérnagas no emiten luz constantemente; lo hacen durante un periodo de la noche de tan solo unos minutos, en algunas especies, hasta ocho horas en otras. Ellas también pueden decidir cuándo emitir luz según la intensidad de la luz ambiente: por eso en noches de luna llena no se ven muchas. La luz usualmente corresponde a códigos visuales de reconocimiento entre parejas y sirven para encontrarse y prolongar la especie. Fíjese bien y verá que no todas brillan igual: es muy interesante que cada especie (y cada sexo) tiene su propio patrón de emisión de luz. El macho vuela emitiendo destellos y la hembra - desde los árboles o en el piso -, recibe estos estímulos visuales y responde, en un diálogo de luz que puede terminar en reproducción. Algunos científicos creen que la luz es más bien una señal de alarma para prevenir y evitar depredadores.
Y para terminar, una excelente décima que nos hizo llegar el colega Pedro Méndez, guía de la Isla Barro Colorado: Dícese de dos campesinos / que fueron a montear/ y al llegar la media noche,/la tanda de mosquitos no podían soportar./ Al cabo de unas horas,/ escondidos en su mampuesto y cubiertos de mosquiteros / salieron a mirar. / Y de lo que se dieron cuenta quedaron sin pestañear,/ eran luciérnagas o cocuyos / mas ellos sin más ni más,/ se dijeron qué carajo ! qué es que es eso?/¡Son mosquitos muy sabidos / que ahora vienen con flash-light!

