Se ha dicho mucho sobre el mecanismo de financiar las adiciones del internet y las computadoras a las escuelas panameñas, pero desde afuera tiene la pinta de ser un debate sin contexto educativo y más bien con raíces políticas. Es esencial elevar este diálogo educativo a nivel de metas compartidas y su cumplimiento: la visión que tiene Panamá del futuro, el rol que tienen las tecnologías de información y comunicaciones (TIC) y la formación de un marco institucional capaz de integrarlas apropiadamente en el sistema de educación en forma sostenible.
En áreas urbanas y rurales, ricas y pobres, hay consenso amplio que sin un gran salto hacia adelante en educación, la República jamás accederá al nivel de desarrollo social y económico que promete. Un elemento importante en lograr este paso requiere el ajuste del papel de las TIC, de solamente una asignatura temática a ser una herramienta productiva dentro del proceso de aprendizaje. Es decir, no se debe de enfocar en la cantidad de computadoras o la velocidad de redes, sino en cómo utilizarlas para mejorar el entorno educativo en todo sentido.
Claro que la experiencia global de las TIC en educación no ha sido éxito puro. No porque no tenga valor su inclusión, sino por lo complejo que es llevar a cabo el cambio dentro del sistema educativo. Los inventos educativos demoran mucho y requieren participación diversa a todos los niveles. Insertar las TIC a este ámbito agrega los desafíos educativos que tienen que ver con la utilización de las tecnologías (de capacitación a materia y mucho más), y aspectos netamente tecnológicos como manejar su compra, mantenimiento y reemplazo.
Durante el último año mi grupo de investigación en la Universidad de Harvard ha realizado varios estudios con respecto al acceso, uso e impacto de las TIC en Panamá. La combinación de entrevistas, datos y nuestras experiencias en otros países nos han dado una visión informada (y menos parcial) de la situación actual. Con relevancia particular, ofrecimos asesoría a la Comisión Interinstitucional Internet Para Tod@s (disponible en inglés en http:/cyber.law.harvard.edu/itg/libpubs/ipt_analysis.pdf).
Los elementos básicos de éxito en integrar las tecnologías nuevas en Panamá serán los mismos que hemos visto en otras partes: 1) una visión clara y relevante de las necesidades de Panamá; 2) la capacidad institucional de realizarla; 3) reconocimiento del complejo de la capacitación y los cambios necesarios en la pedagogía (aun más que los aspectos tecnológicos); 4) la descentralización y la colaboración multisectorial; 5) el aislamiento del entorno político; y 6) el financiamiento adecuado del plazo mediano y largo.
Para poder abarcar estos desafíos, es preciso tener una organización protegida contra cambios de partido en el Gobierno, abierta a la participación externa, y apoyada por la voluntad y confianza de la sociedad civil. Necesitará recursos técnicos y educativos, porque su capacidad de realizar la visión (y éxito eventual) es esencial para su sostenibilidad política. Afortunadamente la tecnología atrae un alto nivel de interés del sector privado, las universidades y las organizaciones comunitarias.
Requerirá de su propio personal y colaboraciones puntuales y sistematizadas con otros actores. Panamá cuenta con individuos y organizaciones nacionales con experiencia relevante y buena formación, y también con el apoyo internacional como Harvard y otras, y hay que sacar provecho. Además de enfocarse en la colaboración, la organización y la implementación, todo depende de una sostenibilidad financiera a largo plazo, porque sin ella, como dicen, no pasa nada.
La creación y mantenimiento de un mecanismo eficaz y sostenible de institucionalizar estos cambios en el sistema educativo será caracterizada por la participación multisectorial y el apoyo amplio en la sociedad. Lograr la transformación del esquema de educación mandará una señal clara y fuerte a Panamá y al resto del mundo sobre la visión nacional del futuro, su capacidad de mantener a la política en su justo lugar, y su dedicación para encontrar caminos innovadores que lleven hacia un futuro próspero y equitativo a toda su población.
