Al igual que muchas personas en la universidad, Catherine Galla-gher, profesora de inglés, se siente confundida.
¿Qué significa exactamente la palabra romántico, se pregunta. ¿Significa una relación personal? ¿Significa que no pueden ir a tomar café?
Desde hace mucho, la universidad mantiene una estricta política contra el hostigamiento sexual. Con sus nuevas reglas, se sumó a un pequeño pero creciente número de colegios que dieron el paso adicional de intentar reglamentar aquellas relaciones que, al menos al inicio, ambas partes parecen desear.
Sin embargo, establecer una política para la forma en que deben desarrollarse el sexo y el romance en el colegio resulta ser tan complicado y problemático como las mismas relaciones. La política entró en vigor en julio en las nueve escuelas de la Universidad de California. Desde entonces, continúa el debate.
En la Universidad de Michigan, que revisa su estrategia respecto a las relaciones consensuales entre estudiantes y maestros, la dirección presentó incluso detallados ejemplos hipotéticos sobre cuáles situaciones podrían surgir y cómo deben ser manejadas.
El catedrático del Departamento X mantiene una relación sexual con el estudiante graduado D, quien es miembro del laboratorio del profesor asistente Y en el mismo departamento, reza un ejemplo. Para manejar el consecuente conflicto, el catedrático X tendría que abstenerse de efectuar revisiones de evaluación o promoción del trabajo del profesor asistente Y, mientras el estudiante graduado D sea miembro del laboratorio.
Las escuelas que han adoptado tales políticas incluyen a Stanford, Yale, Duke, la Universidad de Virginia, Ohio Wesleyan y la Universidad de Iowa. Esta estricta estrategia, puesta en vigor en el Colegio de William y Mary, hace dos años, prohíbe las relaciones consensuales entre todos los miembros del profesorado y los estudiantes.